miércoles, 12 de marzo de 2014

Raeder y la estrategia Periférica

¡Hola!

Veamos que opinaba Raeder sobre la estrategia periférica (1):


Raeder y la estrategia Periférica

Unas semanas después, el 6 de septiembre, volvía a encontrarme yo en conferencia con Hitler , para hacerle una detenida exposición de la situación general de la guerra. Con tal motivo traté de llamar su atención a ciertos aspectos que estimaba del mayor interés ,poniendo de relieve la importancia de Gibraltar y Suez para la estrategia inglesa y la que para nosotros pudiera tener el puerto de Dakar en el África occidental francesa....

A mi me parece que, antes planes más bien difusos e indecisos , iba a ser preferible subrayar de modo bien significativo mi personal juicio ,para que Hitler no pudiese quedarle duda del ambiente que, al menos en parte, habían de encontrar sus propios proyectos. Así lo hice en una larga entrevista que con el a solas tuve el 26 de septiembre , según era costumbre en mi solicitarlas cada vez que tenía alguna cosa de especial interés que exponer y quería interesarle más. ...En esta ocasión había en el alto mando una memoria muy completa y la llevaba conmigo para tomarla como punto de referencia de mi opinión sobre el momento bélico ,caracterizado a mi ver por el hecho de que los ingleses estuviesen acentuando más que nunca su política mediterránea y haciendo de este mar el punto de apoyo de su poderío. Allí habían concentrado -argüía yo- importantes efectivos navales y tropas de las más remotas regiones del Imperio. Por lo que nosotros deberíamos reforzar por todos los medios nuestra lucha contra Inglaterra y hacerlo a marchas forzadas , antes de que fuésemos a encontrarnos con que también los Estados Unidos habían entrado activamente en la guerra. Y volví a recordarle Gibraltar y Suez, y le hablé del Oriente Próximo y de las islas Canarias como posibles bases para minar el predominio inglés con efectos tal vez decisivos para nosotros. Para ello habríamos de cuidar, ante todo, de no romper el pacto concertado con Rusia , en el que teníamos nuestra única garantía de no caer en la guerra bifrontal. Llegué a decirle incluso cómo encontraba increíble que fuese a desencadenar la guerra en dos frentes quien no había hecho hasta entonces sino encarecer cuán lejos estaba de cometer la locura de 1914 ...A mi ver deberíamos más bien concentrar todos nuestros recursos en la empresa de abatir el alma de resistencia, que era Inglaterra. A cuyo efectos habríamos de arreciar en nuestra acción naval desde los puertos del Atlántico ,aumentando nuestras bases en la costa occidental de África en colaboración con los franceses y pugnando por alcanzar con ellos y los italianos el dominio del Mediterráneo y de la zona costera africana hasta el canal de Suez. Dejaríamos entonces a Inglaterra sin comunicación mediterránea con la India y habríamos incorporado el Norte de África al sistema económico europeo ,con la consiguiente ventaja para el abastecimiento del viejo continente. No perdoné argumento para convencer a Hitler de que nuestra acción en el Mediterráneo era de apremiante necesidad y de evidente conveniencia , ya que conseguiríamos con ella el resultado indirecto de una presión sobre Rusia y nos ahorraríamos, por tanto, la intervención directa contra ella en el norte. Mi consejo era el de no atacar a la Unión Soviética en modo alguno, ni quebrantar el pacto hecho con ella, porque seria alevoso violarlo por un súbito ataque. Sin contar con que al atacar perderíamos todas las ventajas de la alianza, cuando por el procedimiento que yo preconizaba no tendríamos necesidad alguna de llegar a la ruptura de hostilidades con ella. No se me ocultaba que la guerra con Rusia iba a ser incumbencia del Ejército y Aviación ;pero tampoco ignoraba que en el dominio naval habría de tener repercusiones. Y , puesto que la lucha contra Inglaterra , de carácter tan decisivo para el desenlace de la guerra, imponía a la escuadra una carga de por si abrumadora, no me parecía razonable exponernos a aumentarla con un probable nuevo frente naval en el Báltico .Si la necesidad de guarnecer las nuevas bases conquistadas en el Atlántico nos había hecho ya en extremo sensible nuestra escasez de unidades ligeras en la escuadra, tales como rastreadores, minadores, dragaminas y cañoneros , un nuevo desplazamiento de elementos de la Armada al Báltico por fuerza habría de tener repercusiones más graves.

Entonces saqué la impresión de que estas condiciones habían conmovido bastante a Hitler....

Pero todas nuestras advertencias y exhortaciones fueron en definitiva tiempo perdido: el 18 de diciembre de 1940 comunicaba Hitler a los comandantes de los Ejércitos su resolución de atacar Rusia al año siguiente....

Para la Armada era de importancia capital esta conversión de frente de guerra naval al terrestre , o por mejor decir, a un segundo frente terrestre en el este. Si realmente llegábamos a la guerra en oriente, apenas restaría la menor posibilidad de intensificar la acción naval contra Inglaterra...

Todavía volví a fines de diciembre a presentarle a Hitler una larga exposición con mi juicio acerca de la situación general de la guerra, en la que no se ajustaba a nuestra conveniencia y deseos la nueva situación en el Mediterráneo oriental ...Por que ,según mi modo de ver, los ingleses habían salido fortalecidos y favorecidos por la desdichada manera de hacer la guerra que los italianos habían tenido en el Mediterráneo oriental y por el apoyo creciente de los Estados Unidos; pero eso no impedía que Inglaterra siguiese siendo en extremo vulnerable al estrangulamiento ,por momentos más efectivos, de su tráfico marítimo. Y nosotros, que veíamos esto y conocíamos su talón de Aquiles, continuábamos retando los medios para el rearme submarino y aeronáutica de la flota. Cuando todo nuestro potencial debiera ir a la lucha contra Gran Bretaña , o sea, a la flota y Luftwaffe ,parecíamos complacidos en dispersarlo en múltiples atenciones que no harían sino prolongar la guerra y alejarnos de la victoria. Hice, en una palabra, cuando me fué posible para dejarle persuadido de cómo me preocupaba la idea de que fuésemos a entrar en guerra con Rusia antes de haber vencido a Inglaterra.

(1) Raeder, Erich “Mi vida” Editorial Luis de Caralt 1958 pag 390-92

Fuentes y enlaces de interés
Raeder, Erich “Mi vida” Editorial Luis de Caralt 1958

No hay comentarios:

Publicar un comentario