miércoles, 15 de octubre de 2014

Batalla del mar de Barents VI: conclusiones y consecuencias

¡Hola!

Cerramos la Batalla del Mar de Barents con esta entrega donde veremos los resultados y las consecuencias que deparó el lio en las aguas Árticas:


Batalla del mar de Barents VI: conclusiones y consecuencias

La flota alemana navegó despacio , a causa de los daños en las salas de calderas del Hipper y el mal tiempo, de vuelta a la seguridad de los fiordos noruegos. Entre eso y el mal tiempo reinante en el norte se tardó muchas horas en elaborar y mandar un primer informe.

La batalla había sido un fracaso para la Kriegsmarine. El plan inicialmente trazado funcionó bien pero ,a pesar de que los daños causados mutuamente eran más o menos similares, y de que un submarino alemán afirmase que lo veía todo rojo (1) , que una fuerza de 2 cruceros pesados y 6 destructores alemanes no pudiera superar a un par de cruceros ligeros y algunos destructores, no puede sino considerarse una derrota. Hay que decir que la decisión de Kummetz de no emplearse más a fondo contra el convoy viene deparada por las “instrucciones” del Admiral Rolf Carls de que se rompiera el contacto si se enfrentaba a fuerzas semejantes a las propias.

El hecho de que el Lutzow pasase tan cerca del convoy, la primera ocasión, sin dispararlo fue particularmente doloroso para Raeder que afirmó que nunca se tendría una oportunidad semejante de causarle tanto daño a un convoy Ártico .

A pesar de todo hay que señalar que el mal tiempo fue un factor muy importante para el devenir de la batalla. La visibilidad era siempre escasa y variaba frecuentemente, el oleaje fuerte y las borrascas hicieron su aparición constantemente sobre el campo de batalla. Si a eso le unimos las adecuadas tácticas de los destructores británicos que ralentizaron decisívamente al Admiral Hipper el fracaso alemán es más entendible y, hasta cierto punto, lógico.

Los daños se repartieron equitativamente ,más o menos. Por parte británica se perdieron el dragaminas Bramble y el destructor Achates y se sufrieron daños graves en el Onslow y ligeros en el Obdurate y Obedient, todos ellos destructores. Solo un mercante resultó dañado muy ligeramente. Por parte alemana el Admiral Hipper tuvo unos daños medios y se perdió el destructor Z16 Friedrich Eckoldt.

El Admiral Hipper saliendo de un fiordo
 
Hitler no se tomó muy bien la tardanza en recibir los informes. Desde la perdida del Graf Spee cada vez que uno de los grandes buques de la Kriegsmarine estaba lejos de casa no dormía muy bien y no dejaba de preguntarle al enlace naval en su estado mayor por su paradero y situación. Después de conocer la transmisión del submarino alemán que afirmaba ver todo rojo, se preveía una gran victoria contra el convoy. Mientras las horas pasaban y no llegaba el informe de la operación. Cuando el día siguiente amaneció se capto un mensaje radiofónico británico (2):

¡Gran victoria naval contra un enemigo superior! Los alemanes atacaron ayer en el mar del Norte un convoy escasamente escoltado, utilizando importantes fuerzas. Nuestros destructores ,mandados por el capitán de navio Sherbrooke, reaccionaron con tal vigor que obligaron al enemigo a emprender la huida. El convoy llegó a Murmansk sin haber sufrido la menor pérdida. Ha sido hundido un destructor alemán y gravemente dañado un crucero. El Almirantazgo a de deplorar la pérdida del destructor Achates”

La cólera de Hitler no fue pequeña ni fácil de evitar para el Admiral Theodor Krancke, enlace de la Kriegsmarine ante Hitler. Su primer pensamiento fue la de desguazar los grandes buques alemanes restantes y aprovechar la chatarra, hombres y cañones en otros menesteres que dieran más rendimiento a las armas alemanes. En una entrevista entre Hitler y Raeder el 6 de enero el almirante alemán le presentó su dimisión al dictador tras considerar que en el monologo inicial Hitler había menospreciado su mando. También le advirtió sobre lo que significaría desguazar los grandes buques:

La conversión de los buques de guerra alemanes en chatarra constituirá para nuestros adversarios una importantísima victoria que no les habrá supuesto el menor esfuerzo. Ésta producirá el mayor gozo en el campo enemigo y causará una profunda decepción en el nuestro, particularmente en el Japón. Será interpretado como un signo de debilidad y una total falta de compresión de la suprema importancia del poder marítimo en el curso de la fase final del conflicto.
.

Inglaterra, que orienta sus operaciones apoyándose por completo en el dominio de los mares,podrá considerar la guerra como ganada por ella si Alemania destruye por si misma sus buques.”

Hitler y Raeder, una relación complicada
Aunque Hitler se mostró firme en su decisión encontró en el sucesor de Raeder, el comandante en jefe de los submarinos Karl Doenitz , un firme opositor cuando este evaluó la situación y las consecuencias de desguazar los buques. Aunque discutió con Doenitz Hitler terminó cediendo en gran parte paralizandose las reparaciones y construcciones mayores de otros buques y enviándose los cruceros al Báltico. Solo el Tirpitz y el Scharnhorst permanecerían en el norte presentando batalla.

Saludos

(1) La transmisión de un sumergible que perseguía al convoy fue muy elocuente:

El tiro de artillería se hace aún más intenso-arden numerosos buques-¡Lo veo todo rojo!”

Bekker ,Cajus “Lucha y muerte de la marina de guerra alemana” Editorial Luis de Caralt 1959 pag 92

(2) Bekker ,Cajus “Lucha y muerte de la marina de guerra alemana” Editorial Luis de Caralt 1959 pag 93


Fuentes y enlaces de interés
Bekker ,Cajus “Lucha y muerte de la marina de guerra alemana” Editorial Luis de Caralt 195

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