martes, 23 de diciembre de 2014

Abastecimiento de carburante III

¡Hola!

Seguimos con las memorias de Raeder y con un nuevo problema en su objetivo de conseguir reservas de crudo para la marina alemana:

Abastecimiento de carburante III


Pero he aquí que, resuelta una dificultad, nos encontrábamos con que surgía otra de no menor volumen, ya que con el rearme se sumaban a la Marina el Ejército y la Aviación como grandes consumidores de carburante nacional .Y por si esto fuera poco, venía el renacimiento industrial aparejado al rearme a reclamar si parte en el ya recargado consumo de combustible mineral. Todo esto, el sensible empeoramiento del balance alemán de divisas y otras consideraciones de orden militar dieron ligar a la adopción de medidas destinadas, bajo la denominación de “Plan cuatrienal” ,a la explotación intensiva de todas las fuentes de materias primas para la obtención de carburantes. Mas pronto se vió que no iba a bastar toda la capacidad productiva de la nación para llegar en un espacio de tiempo razonable al rendimiento que las metas militares y civiles propuestas estaban reclamando. Las nuevas fábricas establecidas para la producción de gasolina fueron dedicadas preferentemente a proveer al Ejército y a la Aviación, quedando la Marina reducida a los contratos de suministro que ya tenían concertados. Esto nos ponía en la precisión de hacer frente al consumo creciente de la flota apelando al extranjero para cubrir el déficit. En la práctica juzgamos que por ningún procedimiento podríamos acudir mejor a la satisfacción de tan urgente necesidad, que adquiriendo fuera del país grandes cantidades de petróleo en bruto en los pintos de producción , trayéndola a Alemania y almacenándolo en depósitos subterráneos para su ulterior elaboración y empleo.

Como primera medida en tal sentido , tomó la Armada alemana ,en 1935 , la de concertar ,por mediación de la Banca Mendelshon, de Berlín, y con la colaboración técnica del profesor dr. Drawe, un contrato de varios años de duración con la compañía “Petróleos estonios” ,de Kivioli. Por este contrato se comprometía aquella entidad a servirle a la Armada alemana en forma constante un considerable volumen de petróleo de alquitrán de esquistos ,que, por cierto, resultó de muy buena calidad y bastante más barato que los productos alemanes. Almacenado el petróleo estonio en los depósitos portuarios de la fábrica en la bahía finlandesa, fue trasvasado luego a los barcos petroleros alemanes y traído a nuestros propios tanques para reserva. En el año 1936 se le ofreció a la Marina la oportunidad de adquirir una importante participación en la “British Oil Development Co.”. Esta compañía era la concesionaria exclusiva del derecho de prosprección y extracción del petróleo en bruto en las regiones de soberanía del Irak al occidente del Tigris. Por consejo del Mando de la Armada adquirió entonces el Banco de Dresde en Berlín opción a unas acciones de dicha compañía y se convino en que ciertas firmas alemanas, y especialmente la compañía siderúrgica “Gute-Hoffnung-Hutte” , harían exportaciones a Irak. A cambio de ellas tendría nuestra Marina el correspondiente suministro de petróleo en bruto y abonaría en moneda del país a las firmas interesadas el valor de la mercancía recibida. Sólo que para todo esto era condición indispensable que el Ministerio de Hacienda del Reich se hiciese solidario de las formas alemanas, garantizando el cumplimiento del contraído compromiso de suministros. Y aquí falló todo, al denegar nuestro Ministerio de Hacienda la fianza, alegando que era ociosa toda adquisición alemana de derechos petrolíferos en el extranjero , desde el momento en el que el “Plan cuatrienal” iba a cubrir cumplidamente con los productos nacionales todas las necesidades de combustible minerales de Alemania.

Con la misma dificultad fuimos a dar cuando la Armada trató de establecer una concesión alemana en los campos petrolíferos “Poza Rica” de Méjico. Una vez que el competente geólogo y profesor Dr. Bentz hubo comprobado la importancia de dichos campos, llegamos a concertar con el gobierno mejicano ,también por mediación del Banco de Dresde en Berlín, los términos de un pacto de concesión. En él se preveía la importación de petróleo crudo de Méjico , abonado en marcos alemanes, a cambio de exportar al país hispanoamericano productos alemanes, sobre todo de las fábricas Siemins-Schuckert con destino a la instalación de centrales eléctricas, tan necesarias en aquel país. Desgraciadamente , tampoco en este caso se mostraron compresivos el Ministerio de Hacienda y los centros competentes del “Plan Cuatrienal” con los deseos de la Marina cuya satisfacción era, sin embargo, de vital importancia para nuestro país....Si de una u otra manera se nos ofrecía una solución para remediar o al menos atenuar la peligrosa debilidad de nuestras defensas causada por la escasez de carburantes, debimos haberla adoptado sin vacilar.

Continuara....


Fuentes y enlaces de interés
Raeder, Erich “Mi vida” Editorial Luis de Caralt 1958 pag 244 a 246

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