sábado, 6 de diciembre de 2014

Intentando frenar la marea

¡Hola!

Hoy vamos a ver que intentó hacer la fuerza submarina de Doenitz para frenar los convoyes hacía el norte de África después de los desembarcos que iniciaron la operación Torch.

Intentando frenar la marea

Ya vimos(1) como la U-Bootswaffe logró un “importante” éxito durante los primeros días de Torch. Los siguientes intentos, sin embargo, serían más complicados y, en ocasiones, no acarrearían tan excelsos resultados.

El U509 ,bajo el mando del KL Karl-Heinz Wolff, intentó penetrar en el dispositivo aliado en torno a Casablanca pero ,en el intento, tocó una mina que dejó al buque dañado obligandole a regresar a puerto sin poder efectuar ataques. Llegó a Lorient el 26 de noviembre.

Tras los desembarcos iniciales el grueso de los mercantes aliados se alejaron algo de la costa para intentar despistar a los sumergibles de Doenitz. En vista de que los puntos de desembarco estaban eminentemente vacíos se le ordenó a los cazadores alemanes que se situaran más al oeste ,intentando formar una pantalla frente a la costa marroquí.

Al oeste del estrecho de Gibraltar se encontraba el U515 , comandado por el KL Emil Henke, el día 12 cuando detectó una agrupación enemiga .Tras varias horas forzando las maquinas para ganar una posición de ataque optima y tras evitar a los destructores de escolta ,consiguió hundir al Hecla (británico de 10.850 T) y poco después dañar al destructor Marne . Siguió la típica cacería al submarino por aviones y otros destructores de la que el U515 no sólo consiguió escapar sino que intentó rematar al Marne, sin conseguirlo.

El Hecla
 
Otro sumergible que obtendría un buen éxito sería el U155 del KL Adolf Piening .El día 15 ,en una reedición del acierto del U130 ,lograría hundir con sólo una salva de 4 torpedos al portaaviones de escolta Avenger (británico de 13.785 T) y al transporte de tropas Ettrick (británico de 11.279 T), además de dañar al Almaak (norteamericano de 6.736 T). Sólo en el hundimiento del portaaviones fallecieron más de 600 personas.

El portaaviones de escolta HMS Avenger con varios Hurricanes en cubierta
 
Sin embargo, el buque más grande hundido en esas jornadas sería el transporte de tropas Warwick-Castle ( británico 20.107 T) que ,a manos del U413 del KL Johan Poel,se fue a pique el día 14 cuando regresaba a Inglaterra.

El transporte de tropas Warwick Castle
 
No todos serían éxitos y facilidades para los submarinistas alemanes. Muchos de los convoyes no pudieron ser atacados merced de la fuerte escolta que llevaban y de la protección aérea que proporcionaba la cercana base de Gibraltar y los portaaviones de escolta. Así, en esos días iniciales de invasión, se perdieron 2 sumergibles y 4 más resultaron gravemente dañados debiendo regresar a puerto.

Doenitz no era partidario de seguir intentando frenar la marea de mercantes que llegaban a las costas africanas junto a estas por que la cercanía de la base de Gibraltar y las fuertes escoltas hacía que los submarinos alemanes apenas pudieran operar con ciertas garantías de éxito y menos aún de supervivencia. Además muchos convoyes navegaban muy al sur, lejos de las zonas de patrulla. Así ,en vista de los pocos éxitos que se estaban obteniendo y del importante descanso que se le estaba dando a los mercantes que abastecían Inglaterra ,solicitó que sus unidades volvieran a la Batalla del Atlántico el día 18 de noviembre pero Raeder argumentó que las unidades submarinas eran la única manera de entorpecer la invasión que tenía la Kriegsmarine. Posteriormente si se autorizó a que 12 unidades formasen una pantalla cerca de la Azores para intentar alejar las ventajas aliadas en torno a la zona del Estrecho mientras el resto iban al Mediterráneo o volvían al norte del Atlántico. Junto a las islas portuguesas conseguirían hundir otros 4 buques que iban rumbo a la zona de invasión .El 23 de diciembre se suspendieron las operaciones de interceptación y las unidades germanas volvieron a sus misiones habituales contra el tráfico aliado.



Saludos



Fuentes y enlaces de interés
Doenitz, Karl “Diez años y veinte días” Ediciones Altaya 2008

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