¡Hola!
Veamos que opinaba Raeder sobre la
estrategia periférica (1):
Raeder y la
estrategia Periférica
Unas semanas después, el
6 de septiembre, volvía a encontrarme yo en conferencia con Hitler ,
para hacerle una detenida exposición de la situación general de la
guerra. Con tal motivo traté de llamar su atención a ciertos
aspectos que estimaba del mayor interés ,poniendo de relieve la
importancia de Gibraltar y Suez para la estrategia inglesa y la que
para nosotros pudiera tener el puerto de Dakar en el África
occidental francesa....
A mi me parece que, antes
planes más bien difusos e indecisos , iba a ser preferible subrayar
de modo bien significativo mi personal juicio ,para que Hitler no
pudiese quedarle duda del ambiente que, al menos en parte, habían de
encontrar sus propios proyectos. Así lo hice en una larga entrevista
que con el a solas tuve el 26 de septiembre , según era costumbre en
mi solicitarlas cada vez que tenía alguna cosa de especial interés
que exponer y quería interesarle más. ...En esta ocasión había en
el alto mando una memoria muy completa y la llevaba conmigo para
tomarla como punto de referencia de mi opinión sobre el momento
bélico ,caracterizado a mi ver por el hecho de que los ingleses
estuviesen acentuando más que nunca su política mediterránea y
haciendo de este mar el punto de apoyo de su poderío. Allí habían
concentrado -argüía yo- importantes efectivos navales y tropas de
las más remotas regiones del Imperio. Por lo que nosotros deberíamos
reforzar por todos los medios nuestra lucha contra Inglaterra y
hacerlo a marchas forzadas , antes de que fuésemos a encontrarnos
con que también los Estados Unidos habían entrado activamente en la
guerra. Y volví a recordarle Gibraltar y Suez, y le hablé del
Oriente Próximo y de las islas Canarias como posibles bases para
minar el predominio inglés con efectos tal vez decisivos para
nosotros. Para ello habríamos de cuidar, ante todo, de no romper el
pacto concertado con Rusia , en el que teníamos nuestra única
garantía de no caer en la guerra bifrontal. Llegué a decirle
incluso cómo encontraba increíble que fuese a desencadenar la
guerra en dos frentes quien no había hecho hasta entonces sino
encarecer cuán lejos estaba de cometer la locura de 1914 ...A mi ver
deberíamos más bien concentrar todos nuestros recursos en la
empresa de abatir el alma de resistencia, que era Inglaterra. A cuyo
efectos habríamos de arreciar en nuestra acción naval desde los
puertos del Atlántico ,aumentando nuestras bases en la costa
occidental de África en colaboración con los franceses y pugnando
por alcanzar con ellos y los italianos el dominio del Mediterráneo y
de la zona costera africana hasta el canal de Suez. Dejaríamos
entonces a Inglaterra sin comunicación mediterránea con la India y
habríamos incorporado el Norte de África al sistema económico
europeo ,con la consiguiente ventaja para el abastecimiento del viejo
continente. No perdoné argumento para convencer a Hitler de que
nuestra acción en el Mediterráneo era de apremiante necesidad y de
evidente conveniencia , ya que conseguiríamos con ella el resultado
indirecto de una presión sobre Rusia y nos ahorraríamos, por tanto,
la intervención directa contra ella en el norte. Mi consejo era el
de no atacar a la Unión Soviética en modo alguno, ni quebrantar el
pacto hecho con ella, porque seria alevoso violarlo por un súbito
ataque. Sin contar con que al atacar perderíamos todas las ventajas
de la alianza, cuando por el procedimiento que yo preconizaba no
tendríamos necesidad alguna de llegar a la ruptura de hostilidades
con ella. No se me ocultaba que la guerra con Rusia iba a ser
incumbencia del Ejército y Aviación ;pero tampoco ignoraba que en
el dominio naval habría de tener repercusiones. Y , puesto que la
lucha contra Inglaterra , de carácter tan decisivo para el desenlace
de la guerra, imponía a la escuadra una carga de por si abrumadora,
no me parecía razonable exponernos a aumentarla con un probable
nuevo frente naval en el Báltico .Si la necesidad de guarnecer las
nuevas bases conquistadas en el Atlántico nos había hecho ya en
extremo sensible nuestra escasez de unidades ligeras en la escuadra,
tales como rastreadores, minadores, dragaminas y cañoneros , un
nuevo desplazamiento de elementos de la Armada al Báltico por fuerza
habría de tener repercusiones más graves.
Entonces saqué la
impresión de que estas condiciones habían conmovido bastante a
Hitler....
Pero todas nuestras
advertencias y exhortaciones fueron en definitiva tiempo perdido: el
18 de diciembre de 1940 comunicaba Hitler a los comandantes de los
Ejércitos su resolución de atacar Rusia al año siguiente....
Para la Armada era de
importancia capital esta conversión de frente de guerra naval al
terrestre , o por mejor decir, a un segundo frente terrestre en el
este. Si realmente llegábamos a la guerra en oriente, apenas
restaría la menor posibilidad de intensificar la acción naval
contra Inglaterra...
Todavía volví a fines
de diciembre a presentarle a Hitler una larga exposición con mi
juicio acerca de la situación general de la guerra, en la que no se
ajustaba a nuestra conveniencia y deseos la nueva situación en el
Mediterráneo oriental ...Por que ,según mi modo de ver, los
ingleses habían salido fortalecidos y favorecidos por la desdichada
manera de hacer la guerra que los italianos habían tenido en el
Mediterráneo oriental y por el apoyo creciente de los Estados
Unidos; pero eso no impedía que Inglaterra siguiese siendo en
extremo vulnerable al estrangulamiento ,por momentos más efectivos,
de su tráfico marítimo. Y nosotros, que veíamos esto y conocíamos
su talón de Aquiles, continuábamos retando los medios para el
rearme submarino y aeronáutica de la flota. Cuando todo nuestro
potencial debiera ir a la lucha contra Gran Bretaña , o sea, a la
flota y Luftwaffe ,parecíamos complacidos en dispersarlo en
múltiples atenciones que no harían sino prolongar la guerra y
alejarnos de la victoria. Hice, en una palabra, cuando me fué
posible para dejarle persuadido de cómo me preocupaba la idea de que
fuésemos a entrar en guerra con Rusia antes de haber vencido a
Inglaterra.
(1) Raeder,
Erich “Mi
vida”
Editorial Luis de Caralt 1958 pag 390-92
Fuentes y enlaces de interés
Raeder, Erich “Mi vida” Editorial Luis de Caralt 1958
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