¡Hola!
Cerramos la Batalla del
Mar de Barents con esta entrega donde veremos los resultados y las
consecuencias que deparó el lio en las aguas Árticas:
Batalla
del mar de Barents VI: conclusiones y consecuencias
La flota alemana navegó
despacio , a causa de los daños en las salas de calderas del Hipper
y el mal tiempo, de
vuelta a la seguridad de los fiordos noruegos. Entre eso y el mal
tiempo reinante en el norte se tardó muchas horas en elaborar y
mandar un primer informe.
La batalla había sido un
fracaso para la Kriegsmarine. El plan inicialmente trazado funcionó
bien pero ,a pesar de que los daños causados mutuamente eran más o
menos similares, y de que un submarino alemán afirmase que lo veía
todo rojo (1) , que una fuerza de 2 cruceros pesados y 6
destructores alemanes no pudiera superar a un par de cruceros ligeros
y algunos destructores, no puede sino considerarse una derrota. Hay
que decir que la decisión de Kummetz de no emplearse más a fondo
contra el convoy viene deparada por las “instrucciones” del
Admiral Rolf Carls de que se rompiera el contacto si se enfrentaba a
fuerzas semejantes a las propias.
El hecho de que el Lutzow
pasase tan cerca del convoy, la primera ocasión, sin dispararlo fue
particularmente doloroso para Raeder que afirmó que nunca se tendría
una oportunidad semejante de causarle tanto daño a un convoy Ártico
.
A pesar de todo hay que
señalar que el mal tiempo fue un factor muy importante para el
devenir de la batalla. La visibilidad era siempre escasa y variaba
frecuentemente, el oleaje fuerte y las borrascas hicieron su
aparición constantemente sobre el campo de batalla. Si a eso le
unimos las adecuadas tácticas de los destructores británicos que
ralentizaron decisívamente al Admiral Hipper el fracaso alemán es
más entendible y, hasta cierto punto, lógico.
Los daños se repartieron
equitativamente ,más o menos. Por parte británica se perdieron el
dragaminas Bramble y el destructor Achates y se
sufrieron daños graves en el Onslow y ligeros en el Obdurate
y Obedient, todos ellos
destructores. Solo un mercante resultó dañado muy
ligeramente. Por parte alemana el Admiral Hipper tuvo unos
daños medios y se perdió el destructor Z16
Friedrich Eckoldt.
El Admiral Hipper saliendo de un fiordo
|
Hitler
no se tomó muy bien la tardanza en recibir los informes. Desde la
perdida del Graf
Spee
cada vez que uno de los grandes buques de la Kriegsmarine estaba
lejos de casa no dormía muy bien y no dejaba de preguntarle al
enlace naval en su estado mayor por su paradero y situación. Después
de conocer la transmisión del submarino alemán que afirmaba ver
todo
rojo,
se preveía una gran victoria contra el convoy. Mientras las horas
pasaban y no llegaba el informe de la operación. Cuando el día
siguiente amaneció se capto un mensaje radiofónico británico (2):
“¡Gran victoria naval contra un enemigo superior! Los alemanes
atacaron ayer en el mar del Norte un convoy escasamente escoltado,
utilizando importantes fuerzas. Nuestros destructores ,mandados por
el capitán de navio Sherbrooke, reaccionaron con tal vigor que
obligaron al enemigo a emprender la huida. El convoy llegó a
Murmansk sin haber sufrido la menor pérdida. Ha sido hundido un
destructor alemán y gravemente dañado un crucero. El Almirantazgo a
de deplorar la pérdida del destructor Achates”
La cólera de Hitler no fue pequeña ni fácil de evitar para el
Admiral Theodor Krancke, enlace de la Kriegsmarine ante Hitler. Su
primer pensamiento fue la de desguazar los grandes buques alemanes
restantes y aprovechar la chatarra, hombres y cañones en otros
menesteres que dieran más rendimiento a las armas alemanes. En una
entrevista entre Hitler y Raeder el 6 de enero el almirante alemán
le presentó su dimisión al dictador tras considerar que en el
monologo inicial Hitler había menospreciado su mando. También le
advirtió sobre lo que significaría desguazar los grandes buques:
“La conversión de los buques de guerra alemanes en chatarra
constituirá para nuestros adversarios una importantísima victoria
que no les habrá supuesto el menor esfuerzo. Ésta producirá el
mayor gozo en el campo enemigo y causará una profunda decepción en
el nuestro, particularmente en el Japón. Será interpretado como un
signo de debilidad y una total falta de compresión de la suprema
importancia del poder marítimo en el curso de la fase final del
conflicto.
….
Inglaterra, que orienta sus operaciones apoyándose por completo
en el dominio de los mares,podrá considerar la guerra como ganada
por ella si Alemania destruye por si misma sus buques.”
Hitler y Raeder, una relación complicada
|
Aunque Hitler se mostró firme en su decisión encontró en el
sucesor de Raeder, el comandante en jefe de los submarinos Karl
Doenitz , un firme opositor cuando este evaluó la situación y las
consecuencias de desguazar los buques. Aunque discutió con Doenitz
Hitler terminó cediendo en gran parte paralizandose las reparaciones
y construcciones mayores de otros buques y enviándose los cruceros
al Báltico. Solo el Tirpitz y el Scharnhorst
permanecerían en el norte presentando batalla.
Saludos
(1) La transmisión de un sumergible
que perseguía al convoy fue muy elocuente:
“El tiro de artillería se hace
aún más intenso-arden numerosos buques-¡Lo veo todo rojo!”
Bekker
,Cajus “Lucha
y muerte de la marina de guerra alemana”
Editorial Luis de Caralt 1959 pag 92
(2) Bekker
,Cajus “Lucha
y muerte de la marina de guerra alemana”
Editorial Luis de Caralt 1959 pag 93
Fuentes y enlaces de interés
Bekker
,Cajus “Lucha
y muerte de la marina de guerra alemana”
Editorial Luis de Caralt 195
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