Bienvenidos al blog La Kriegsmarine en castellano

¡Hola!

Bienvenidos a todos a este blog en el que pretendo traer poco a poco la historia de los buques de superficie alemanes en la Segunda Guerra Mundial. No dejare de lado la historia de los U-boote pero estos serán lo menos ,al menos por ahora.

Desde mi modesto punto de vista de aficionado intentare traer artículos que toquen todos los puntos posibles: Técnica, historias menores, las grandes operaciones, a los propios buques, fotos y videos... Todo ello usando las fuentes que están colgadas,o lo estarán,en el blog.

Cualquier comentario,critica u opinión sera bienvenida.

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lunes, 10 de agosto de 2015

Video U-boots

¡Hola!

He pegado una revisión de texto a la anterior entrega, que originalmente era de octubre de 2014, y al actualizarla no se por que a aparecido como una nueva.

Aprovecho para dejar un video que tenía en favoritos hace tiempo.

Video U-boot

En el podremos ver muchas escenas de U-boot en movimiento, atacando buques enemigos, entrenamientos, dotaciones, comunicaciones, Doenitz....




Saludos

miércoles, 29 de abril de 2015

Diez años y veinte días

¡Hola!

Hoy vamos a ver otro libro. Este no lo he leido ahora, estoy con “Los cañones del atardecer de Atkinson” pero si hace tiempo y lo consulta a menudo por lo que mi opinión sobre el puede considerarse fresca.

Diez años y veinte días

Portadas de los 2 tomos
Nos encontramos ante la autobiografía de parte de su vida de Karl Doenitz el mítico comandante en jefe de los submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Siendo así el libro atraerá a todo buen aficionado a estos buques de la Kriegsmarine y no le decepcionará. Doenitz narra, desde el momento en el que coge las riendas de la naciente fuerza submarina hasta su mandato final del III Reich, todo lo relacionado con la guerra submarina. Desde asuntos doctrinales o técnicos a ataques contra convoyes especialmente provechosos, para Alemania claro, o acciones más aisladas. 

Indice del primer libro

Hay que tener en cuenta que el libro tiene ya casi medio siglo por lo que Doenitz cuenta su punto de vista de las operaciones. Aunque lo hace apoyandose en documentación aliada y publicaciones post conflicto aún no se conocían todos los tejemanejes de una contienda tan compleja.

Toda la parte submarina, hasta mayo de 1943 cuando se considera que la Kriegsmarine pierde la denominada Batalla del Atlántico, resulta interesante e instructiva abarcando el grueso del libro, más de 500 paginas. Siempre es atractivo conocer las explicaciones que tiene que dar quien toma las decisiones. Sin embargo a partir de su nombramiento como GrobAdmiral en sustitución de Erich Raeder el libro se vuelve menos interesante, al menos para mi. En ese momento se tratan temas menos navales como su punto de vista del atentado del 20 de julio de 1944 contra Hitler y sus funciones como dirigente del III Reich a la muerte de Hitler. Otras cuestiones navales como la guerra submarina desde 1943 hasta el final del conflicto se narran en menos de 30 paginas.

Hay algo muy negativo en este libro. Es, casi con total seguridad, el libro más parcial y poco objetivo que he leído sobre el conflicto. Doenitz se autojustifica demasiado, especialmente en el último tercio del libro. Es algo a tener en cuenta cuando se esté leyendo.

En cuanto al libro en sí la edición que yo tengo, Ediciones Altaya 2008, viene en 2 tomos con tapa dura que suman un total de 801 paginas contando anexos, notas, abreviaturas e índice onomástico. El principal inconveniente del libro en este apartado es su prácticamente nulo material gráfico. Cierto es que hace medio siglo quizás no se considerase importantes las fotografías o mapas pero considero que una reedición podía sacarle más jugo añadiendo de ambos. El libro apenas cuenta con unos pocos mapas y ninguna foto. 

Uno de los muy escasos mapas del libro
 
Los anexos del libro resultan interesantes al tener algunas tablas, datos y ordenes interesantes.

Uno de los apendices

Calidad del material: 7
Información: 9
Novelización: 6
Material gráfico: 2
Imparcialidad: 2
Extras: 7

Nota personal: 7

En mi opinión un libro imprescindible para quien se considere fan de los submarinos germanos durante la Segunda Guerra Mundial. Se puede hacer farragoso por las pocas fotos y mucha información que contiene, sin estar muy novelado, y debe leerse con cuidado de las justificaciones de Doenitz pero creo que no puede faltar en la biblioteca de los aficionados al mar o a los submarinos.

Saludos

Fuentes y enlaces de interés
Doenitz, Karl “Diez años y veinte días” Ediciones Altaya 2008

viernes, 12 de diciembre de 2014

Entrevista a Luis Sanz II

¡Hola!

Viene la segunda parte de la entrevista a Luis Sanz:

Entrevista a Luis Sanz II

-Empecemos ahora con la Kriegsmarine. A mi juicio, muchos de los valores , ideas y planes que posteriormente darían forma a la Kriegsmarine nacieron un día en concreto: en el autohundimiento de la Kaiserliche Marine en Scapa Flow el 21 de junio de 1919 ¿cómo piensas que influyó en la posterior historia naval alemana?

No sé hasta qué punto el autohundimiento en Scapa Flow significó un cambio tan radical, ya que con toda probabilidad en Versalles se hubiese impuesto a Alemania la desaparición de su marina de guerra. Al menos limpió a la marina de la mancha que había supuesto el motín de Kiel, el detonante de la revolución que obligó a Alemania a pedir la paz en 1918. Yo creo que tuvo mucha más importancia para el desarrollo posterior la Kriegsmarine el que la inmensa mayoría de los marinos de guerra tuviesen que abandonar su profesión, que se disolviesen los equipos de diseño naval, y que los astilleros navales especializados tuviesen que centrar su actividad en la construcción de buques civiles.

En esa línea es interesante comprobar que la Bundesmarine, la marina de la República Federal de Alemania, tuvo problemas similares cuando se reconstituyó en los años sesenta, y equipos de diseño naval tuvieron que diseñar barcos nuevos sin tener apenas experiencia, que hubo que construir en astilleros sin tradición en la construcción naval. La Bundesmarine necesitó veinte años para producir buques competitivos, y para ello tuvo que acudir a la colaboración con otras potencias navales. La Kriegsmarine ni tuvo esa opción, ni tuvo tanto tiempo.

-¿Cómo valora los años de entreguerras en la Reichsmarine?

Tal vez sea un poco radical lo que voy a decir, pero considero que fueron casi por completo años perdidos. El ejército alemán se benefició de la “poda” que tuvo lugar al final de la Gran Guerra, cuando casi todos los oficiales de carrera fueron dados de baja, y solo quedaron unos pocos, los mejores. Esos fueron los que revolucionaron la forma de hacer la guerra y consiguieron tantas victorias para Alemania. Ocurrió lo mismo que tras la Revolución Francesa, cuando tras apartar (o decapitar) a los viejos generales borbónicos surgió una generación de militares que dirigidos por Napoleón casi conquistaron Europa.

En la marina no ocurrió lo mismo. La Kriegsmarine tuvo mandos que derrocharon valor, pero que tácticamente no fueron mejores que sus enemigos. Eso se debe a la naturaleza técnica de la marina. En la guerra moderna la técnica tiene un papel importantísimo, especialmente en la marina o en la aviación. Pero (en los treinta) diseñar un nuevo avión costaba tres años, mientras que una nueva clase de buques llevaba más de un lustro.

Además durante los años veinte las principales potencias navales pudieron hacer todo tipo de experimentos. Probaron el efecto de las armas en barcos viejos (incluso en alguno nuevo que no iba a ser completado), probaron nuevas tácticas, y diseñaron nuevos tipos de barcos. No todos los experimentos salieron bien, y los fondeaderos se llenaron de buques de diseño extraño y de utilidad dudosa. Pero otros proyectos resultaron especialmente exitosos, especialmente los relacionados con la aviación naval.

La marina alemana en ese periodo bastante tuvo con sobrevivir. Quedó relegada a una flota costera, con barcos con dos decenios en sus cuadernas, y bastante tuvo con mantenerse. Los astilleros especializados tuvieron que dedicarse a la construcción de buques civiles, y los gabinetes de diseño naval fueron disueltos. Por eso los buques que se construyeron durante el rearme eran muchas veces desarrollos de proyectos de la marina del Káiser. La Kriegsmarine tuvo que hacer sobre la marcha los experimentos que otras potencias habían hecho diez años antes, y algunos salieron muy mal. Por ello unidad por unidad los barcos alemanes solían ser mucho más caros, bastante menos fiables, pero no más potentes que los de los aliados. Y la marina alemana tenía deficiencias en campos claves, como el crucial, ya citado, de la aviación naval.

Por eso creo que salvo en el arma submarina Alemania había perdido al menos diez años de desarrollo naval.

-En muchos foros hemos discutido, ampliamente, sobre el papel como corsarios de los grandes buques de la Kriegsmarine (Bismarck, Admiral Scheer, Admiral Hipper...) ¿te importaría exponerla, una vez más, para los lectores que no hayan tenido la ocasión de leerla?

En español hay un dicho: “a toro pasado, todos toreros”. Jugamos con la ventaja de saber lo que ha ocurrido y, desde ese punto de vista, la campaña corsaria de los grandes buques de la Kriegsmarine solo puede describirse como decepcionante. Apenas tres salidas tuvieron éxito: la operación Berlín, es decir, la salida de los acorazados Gneisenau y Scharnhorst en 1941, la tercera salida del crucero pesado Admiral Hipper, y el crucero del “acorazado de bolsillo” Admiral Scheer. Otras salidas se frustraron por averías mecánicas, por encuentros con barcos ingleses, y con frecuencia acabaron desastrosamente, perdiéndose la mitad de los acorazados (el Bismarck y el Scharnhorst, más el acorazado de bolsillo Graf Spee). En esas operaciones la Kriegsmarine perdió más vidas que los ingleses, y el valor de las unidades perdidas fue bastante superior al del puñado de viejos mercantes que consiguieron hundir.

Hay que comprender la situación en la que se encontraba Raeder para entender esta estrategia. En la memoria alemana estaba el triste papel de la flota del Káiser, amarrada en puerto mientras la juventud alemana moría en las trincheras. La inactividad hizo que los mejores elementos pasasen a los submarinos, quedando en la flota las manzanas podridas, que acabaron amotinándose. En la nueva guerra la marina no podía repetir lo de 1914: la marina alemana tendría que combatir.

Por otra parte una de las consecuencias que los estrategas alemanes obtuvieron de la guerra anterior era que la flota de superficie nunca podría derrotar a la muy superior Royal Navy inglesa, pero que Inglaterra tenía un punto débil, su dependencia del comercio marítimo. Una de las formas de atacarlo era con submarinos, pero los buques de superficie también podrían ser muy efectivos en ese papel. En 1914 unos pocos cruceros ligeros, especialmente el Emden, causaron grandes trastornos a los ingleses.

Para comprender a Raeder hay que recordar la campaña del Emden. Era un crucero pequeño y viejo, pero que operando en el Índico capturó catorce barcos aliados, hundió un crucero y un destructor, y destruyó una refinería. Pero finalmente tuvo que enfrentarse a un crucero australiano, que lo destruyó con su más potente artillería. Raeder decidió que los barcos alemanes tendrían que poder efectuar campañas como la del Emden, salvo por su final: los barcos alemanes tendrían que poder derrotar a todos los buques de los que no pudiesen escapar. Así los acorazados de bolsillo, realmente cruceros pesados, tenían armamento propio de acorazados, y los Bismarck eran un 40% más grandes que sus contrapartes ingleses.

Pero los estrategas alemanes recordaban la lección del Emden, pero no la de la flota de Graf Spee, que tras una larga correría fue sorprendida y destruida por una flota británica superior. Lo que no se tuvo en cuenta es que para un corsario de superficie, operando en aguas hostiles muy lejos de sus bases, daños relativamente poco importantes significaban la sentencia de muerte. Cuando los barcos aliados (o los japoneses) sufrían daños similares a los sufridos por el Graf Spee o el Bismarck, tan solo era cuestión de escoltarlos o como mucho remolcarlos hasta algún puerto propio, donde eran parcheados de tal forma que pudiesen llegar a los astilleros para su reparación. Hubo barcos aliados que sufrieron daños gravísimos: en 1945 en el portaaviones USS Franklin estallaron más de sesenta bombas, tuvo 1.200 bajas (más de ochocientas muertes) y aun sí pudo volver a casa y ser reparado. El crucero pesado USS New Orleans vio como su pañol delantero estallaba y su proa se partía al ser torpedeado en Guadalcanal. Aun así se pudo hacer una reparación de emergencia, y el barco acabaría siendo reparado. En comparación las averías del Graf Spee o del Bismarck eran minúsculas… pero se produjeron en mares alejados donde cualquier revés significaba la destrucción.

Lo interesante es que los barcos alemanes suponían una amenaza mucho mayor cuando permanecían en puerto. En la caza del Bismarck los ingleses perdieron un crucero de batalla muy valioso (el Hood), y tuvieron que dedicar la mitad e su flota, pero tras hundir al acorazado alemán los barcos ingleses quedaron libres y pudieron intervenir en otros escenarios. Sin embargo el gemelo del Bismarck, el Tirpitz, que pasó casi toda su vida en puerto, obligó a los aliados a mantener en el escenario a una flota muy superior, solo por si salía, sin poderla enviar a otros escenarios donde era desesperadamente necesaria. Curiosamente el Tirpitz acabó indirectamente con el acorazado Rodney, el verdugo de su gemelo Bismarck: el Rodney tuvo tales averías en esas misiones de vigilancia que tuvo que ser desguazado. La batalla del Bismarck tiene más “glamour” que oxidarse en un puerto noruego, pero el Tirpitz contribuyó más a la causa del Eje que el Bismarck.

Además tenemos que recordar que la campaña que decidió la derrota alemana se libró en Rusia, y en ella tuvieron importante papel los suministros aliados, en parte llevados por la ruta ártica. Cuando la Kriegsmarine perdía sus acorazados en el Atlántico estaba permitiendo que los vitales convoyes a Murmansk llegasen con escasa interferencia.

-Me imagino que, por el contrario, tu opinión sobre los mercantes corsarios será más favorable ¿puedes ampliarnos tu parecer sobre estas cuestiones?

Al contrario que con las grandes unidades corsarias, los mercantes corsarios fue una ocasión perdida para Alemania, especialmente al principio de la guerra. Entonces los aliados tenían pocos barcos y menos aviones para patrullar mares lejanos, y la mayor parte de sus mercantes aun no estaban armados y navegaban con independencia. Los corsarios mercantes eran el barco de guerra ideal: muy barato y muy rentable: los once cruceros auxiliares alemanes (de los cuales solo nueve salieron al mar) en sus doce salidas hundieron o capturaron más de 150 embarcaciones enemigas, incluyendo un crucero ligero, el Sídney, que por si solo costaba más que los once corsarios. No fue fácil porque siete corsarios acabarían siendo hundidos. Pero resultaron tremendamente rentables tanto por los buques que hundieron como por las fuerzas que los británicos tuvieron que emplear en su caza.

¿Podría haber enviado Alemania más corsarios? Creo que sí. La Kriegsmarine utilizó un buen número de barcos de todo tipo para abastecer a sus barcos de superficie en sus correrías por los océanos. No todos eran aptos para ser transformados en corsarios, pero sí algunos ¿Qué hubiesen podido hacer veinte o treinta corsarios alemanes en 1940 y 1941? No lo suficiente como para modificar el curso de la guerra, pero hubiesen dado muchos dolores de cabeza a los aliados.

Personalmente creo que la Kriegsmarine hubiese ayudado más al esfuerzo de guerra alemán facilitando la conversión de barcos en corsarios, tanto buques ya existentes (civiles y militares) como capturados, que con las salidas de sus grandes unidades de superficie.

-¿Que opinión te merece Raeder y el papel que realizó al mando de la Kriegsmarine?

Creo que Raeder era un jefe mediocre. Estuvo al frente de la Kriegsmairne desde 1928 hasta 1943, por lo que los fallos de la marina de guerra alemana, tanto de doctrina (lo de los acorazados corsarios, el ignorar el papel de la aviación) como del diseño de sus barcos hay que atribuírselos a él. Raeder formó una marina a su gusto. Consiguió mantenerla alejada del nazismo, lo que no es necesariamente bueno: su mucho más político sucesor Doenitz consiguió más de Hitler que el apolítico Raeder. Relación con el nazismo no implica automáticamente genocidio: la muy politizada Luftwaffe no se vio implicada en las barbaridades que cometió el bastante menos político ejército.

Respecto a la doctrina, ya he dicho mi opinión sobre los acorazados corsarios. Más grave todavía es que no se apreciase la enorme importancia que iba a tener la aviación. Por ello la Kriegsmarine no dispuso de portaaviones (luego hablaremos de ello) y la defensa antiaérea de sus barcos era bastante pobre: en la época en la que la Luftwaffe mostraba que la aviación decidía las batallas, la Kriegsmarine no diseñaba cruceros antiaéreos.

Desde el punto de vista técnico los barcos de la Kriegsmarine eran deficientes. Se usaron técnicas de construcción avanzadas (como la soldadura eléctrica de los cascos), que encarecieron mucho la construcción de los barcos, pero que no dieron el resultado esperado, especialmente en barcos pequeños. Se escogió un sistema de propulsión (calderas de muy alta presión) que aparentemente era muy atractivo al combinar economía, ligereza y potencia, pero que resultó una pesadilla. Así ocurrió que gran parte de la flota de destructores y torpederos alemanes estuvo más tiempo en reparaciones que en operaciones.

No es que en otras flotas no hubiese barcos “enfermos”, que los había y en cantidad, pero es papel de un jefe detectar esos problemas y corregirlos, y no empecinarse en ellos.

Hay otros aspectos criticables, como por ejemplo que se inmiscuyese en la vida privada de sus oficiales, pero son menores. Lo realmente importante, para juzgar al personaje, es pensar si la marina que construyó fue adecuada o no.

-¿Y a un nivel más particular, otros oficiales de menor rango? Me refiero a nombres como Lutjens, Linndenman, Krancke, Meisel, etc. ¿Crees que había un buen nivel de mando entre los buques de superficie?

Creo que en nivel de la oficialidad naval alemana era similar, tanto técnicamente como en pundonor y valentía, al de los mandos de las otras potencias navales. El problema no estaba ni en el valor ni en los conocimientos ni en la capacidad de mando de sus oficiales, sino en las deficiencias técnicas y doctrinarias de la flota. Aun así dada la inferioridad general de la marina alemana poco más pudieron hacer.

-Por las veces que hemos debatido eres muy crítico respecto al Plan Z alemán (2) ¿podrías compartir con los lectores su opinión al respecto?

El Plan Z, como nuestros lectores sabrán, fue un ambicioso plan de rearme naval alemán que pretendía la construcción de una flota que podía rivalizar con la británica. Raeder advirtió que si se emprendía, y la guerra comenzaba antes de 1944, la Kriegsmarine estaría casi indefensa, como ocurrió. Eso es un error evidente de Hitler, ignorante en temas navales. Pero en sí el Plan Z era de dudosa viabilidad y técnicamente erróneo.

La viabilidad era dudosa por su enorme coste económico. La economía alemana de 1939 estaba al límite. Es improbable que un plan que pretendía la construcción de 32 buques de batalla (acorazados, acorazados de bolsillo, cruceros de batalla y portaaviones) y 40 cruceros pudiese llevar a cabo. Como comparación la “Two Ocean Navy Act” norteamericana, promulgada en 1939, cuando la US Navy se preparaba para la guerra, incluía 13 buques de batalla (de los que solo dos fueron finalizados) y 18 portaaviones.

Es un hecho poco conocido, pero si la economía alemana no fue al colapso se debió a la guerra y la captura de importantes activos en Europa Occidental. Un plan megalómano como el Plan Z no tenía ningún viso de viabilidad, y probablemente no solo no se hubiese finalizado sino que se hubiese alargado tanto que gran parte de los barcos hubiesen quedado anticuados aun antes de botarse.

Otro factor a resolver era la limitada capacidad de la industria naval alemana, tanto en capacidad de los astilleros como en número de operarios cualificados, lo que probablemente hubiese implicado mayores demoras. En esto el que Alemania construyese diseños muy complejos (comparados con los coetáneos ingleses, por ejemplo) no ayudaba.

Además los posibles enemigos de Alemania también hicieron sus propios planes, en buena parte como respuesta al rearme alemán, e incluían más buques de batalla y más portaaviones que los proyectados por Alemania, y además con programas de construcción más racionales, es decir, con mayores visos de factibilidad.

Pero sobre todo el Plan era técnicamente erróneo. La flota salida del Plan Z hubiese sido ideal para 1918, pero no para 1939. Incluía nada menos que 22 cruceros exploradores ¡en la época de la aviación, del radar (del que Alemania era pionera) y del portaaviones! El plan, sobre todo, olvidaba casi por completo la aviación naval: solo incluía cuatro portaaviones, dos de los cuales eran los que estaban en construcción en 1939 (Graf Zeppelin y otro sin nombrar). Hay que señalar que el sistema de catapultas de esos buques hacía que muy probablemente el Graf Zeppelin hubiese dado mal resultado, al menos sin una gran reforma. Es llamativo, porque los ingenieros alemanes tuvieron acceso a los planos de los portaaviones japoneses.

Muestra de cómo se ignoraba la aviación naval era que no solo no había buques antiaéreos, sino que la defensa antiaérea de las unidades proyectadas era mínima: los cruceros clase 'M' (cuya construcción se inició en 1939 para ser inmediatamente desguazados en grada) solo contaban con cuatro cañones de 88 mm y doce de 37 y 20 mm. Los cruceros clase 'M' hubiesen entrado en servicio simultáneamente a los Cleveland, que llevaban doce cañones de 127 mm y 28 de 28 y 20 mm.

De haberse completado el Plan Z tal como estaba planeado, los "superpanzerschiffe" (una especie de acorazados de bolsillo agrandados, diseñados como corsarios) hubiesen entrado en servicio al mismo tiempo que los primeros reactores y las primeras bombas guiadas. Creo que con eso está dicho todo ¿Qué opinión puedo tener de un plan que olvidaba los portaaviones?

-Como todo en lo que concierne a Alemania en la Segunda Guerra mundial tarde o temprano aparece el nombre de Hitler, ¿que piensas acerca de papel de este para con la Kriegsmarine?

No conozco demasiado bien las interioridades del régimen nazi, pues es uno de los temas de la Segunda Guerra Mundial que más me desagradan. En todo caso mientras que Hitler era muy aficionado a cuestiones militares, desconocía casi por completo todo lo referente a la marina, y dejó hacer a Raeder. Lo que no sé es hasta qué punto los desencuentros entre Hitler y Raeder podían deberse a la pretensión de Raeder de alejar la política de la marina. Su sucesor Doenitz consiguió mantener una relación mucho más fluida con el dictador.

-Y más particularmente ¿consideras que la orden que siempre pesaba sobre los capitanes alemanes de no comprometer sus naves contra otras semejantes pudo pesar en algunas decisiones de estos? Por ejemplo en la Batalla del Rio de la Plata, los compases iniciales de La Batalla del Estrecho de Dinamarca o la Batalla del mar Barents (3), los comandantes alemanes parecen actuar con bastante cautela.

Por raro que parezca, creo que Hitler no iba del todo descaminado, pero por motivos equivocados. Desde luego no se puede conseguir nada si no se corren riesgos: si la flota alemana hubiese permanecido continuamente en puerto antes o después los británicos la hubiesen bloqueado con minas y hubiesen destinado la Royal Navy a otras misiones (como derrotar a los italianos o los japoneses). Por otra parte para los ingleses era mucho peor un acorazado alemán (o un crucero) en puerto, ya que les obligaba mantener a varios buques de guerra preparados, tanto en los barcos destinados a su caza como escoltando convoyes. La caza del Bismarck necesitó que los ingleses enviasen seis buques de batalla y dos portaaviones. Hundirlo costó perder el Hood... pero los ingleses disponían de otros cinco acorazados en construcción, y los alemanes ninguno.
Siendo tan amenazante un barco a flote, es razonable no correr riesgos excesivos. Pero una cosa es eso, otra dar órdenes tan estrictas que paralicen a los mandos: tras el relevo del almirante Marschall (por hundir al Glorious corriendo riesgos) lo sorprendente es que los mandos alemanes se arriesgasen a salir al mar o que no huyesen a toda velocidad al ver una bandera inglesa.

Pero si hablamos de los casos concretos... El Graf Spee, tras el combate del Río de la Plata, tenía una grave avería en el sistema de suministro de combustible, por lo que su autonomía se medía en horas. Salir a combatir sabiendo que las máquinas se pararán en medio de la batalla es suicida. También me parece correcta que Lutjens dejase escapar al Prince of Wales en el Estrecho de Dinamarca me parece correcta, ya que no hubiese sido nada fácil hundirlo, el riesgo hubiese sido excesivo, y los ingleses tenían muchos más acorazados. Respecto a Kummetz en el Mar de Barents, esa batalla se libró en condiciones de visibilidad tan malas que no era difícil que alguno de sus barcos tuviese un mal encuentro, como de hecho le pasó a un destructor. Es decir, que en esos tres casos fue correcto que los alemanes rehuyesen combatir, y no sé hasta qué punto las órdenes de Hitler pudieron influir.

-Otra figura política famosa por, entre otras cosas, su relación con la Kriegsmarine es Goering. Su famosa frase “Todo lo que vuela es mío” es considerada un lastre para la Kriegsmarine y su arma aeronaval .Tanto Doentiz como Raeder se quejaron amargamente de no disponer de más aviones a su disposición para exploración lejana achacandole la culpa a Goering y su círculo. ¿Qué podrías contarnos sobre esto? ¿Tienes alguna opinión?

Me parece que estamos hablando de un problema mucho más complejo de lo que normalmente se piensa. Reunir todo lo que volase en una única arma era la tendencia habitual en la época, de la que solo se salvaron Japón y Estados Unidos. Incluso el Servicio Aéreo Naval de la Royal Navy fue disuelto e integrado en la RAF... lo que dio una ocasión de oro a los alemanes, pero eso es otra cuestión. A la US Navy conservar su aviación le costó muchos esfuerzos, tanto antes como después de la guerra: excelentes jefes como el almirante Gallery tuvieron que retirarse tras plantarse ante la USAF y el Congreso (en la "revuelta de los almiranntes"). Raeder, por lo que sé, nunca se enfrentó ni a Hitler ni a Goering por esto. Tampoco le hubiese ayudado la despolitización de su marina, frente al arma más politizada de Alemania, que era la Luftwaffe.

Raeder no lucho lo que hubiese debido, pesando en sus decisiones no solo el riesgo que corría su carrera sino el que no apreciase la importancia de la aviación. Pero tampoco puso nada de su parte. La Luftwaffe diseñó bastantes modelos de aviones destinados a operar en el mar, pero se llegó al dar el caso de tener que hacer el diseño "a ojo" porque la Kriegsmarine (Raeder) le ocultaba las características de sus buques.

¿Hubiesen podido llegar a un acuerdo Raeder y Goering? No olvidemos que Goering era muy inteligente (en exámenes psiquiátricos hechos durante los juicios de Nuremberg resultó rozar la genialidad), y era lo suficientemente pragmático como para llegar a algún acuerdo con la marina. Tal vez conun poco de flexibilidad por parte de Raeder, mayor convicción, y permitiendo que Goering se atribuyese los éxitos de los portaaviones, Alemania hubiese podido tenerlos.

Raeder también podría haber "tirado por la calle del medio" y construido un portaaviones aunque no tuviese licencia para llevar aviones. Es lo que hizo la Armada Española con el Dédalo, y luego la también lo hizo italiana con el Garibaldi. Más adelante el poder político, enfrentado con la realidad (un portaaviones sin aviones) tuvo que ceder.

Construir ese portaaviones para presionar a la Luftwaffe (y a Hitler) ni siquiera hubiese sido demasiado caro: bastaba con tomar un casco a medio construir (uno de los petroleros de flota, que pasaban de los 20 nudos), convertirlo en portaaviones con planos japoneses, y luego "retar" a Goering a que pusiese algo en su cubierta.

¿Hubiese sido posible un acuerdo como a que llegaron la RAF y la Royal Navy en el periodo de entreguerras (tú pones los barcos y yo los aviones y sus dotaciones)? No lo sé, pero creo que no fue solo culpa de Goering.
-Pasemos a la guerra submarina. Esta es considerada habitualmente el mayor éxito de la Kriegsmarine durante la contienda. ¿Cuál es tu opinión al respecto sobre la campaña submarina?

Desde luego que buena. Puso contra las cuerdas a Inglaterra, y obligó a los aliados a hacer un esfuerzo enorme: por ejemplo, se construyeron varios miles de barcos de escolta, desde pequeños cazasubmarinos de madera a portaaviones de veinte mil toneladas. Imaginemos todo ese acero y esos cañones, convertidos en tanques.

-Más particularmente te has mostrado bastante crítico con la figura de Doenitz. Creo recordar, han sido muchos debates ya entre los dos, que no lo consideras un buen líder porque, entre otras cosas no supo adaptarse a los cambios tecnológicos ni perpetrar nuevas tácticas de combate ¿se me olvida algo al respecto?

La misma pregunta lo dice. Las tácticas de 1940 no funcionaron en 1943, sin que Doenitz pudiese presentar una alternativa. Igualmente importante Doenitz no prestó atención a los desarrollos técnicos: la aviación naval, el radar, etcétera.

El enorme crecimiento de las fuerzas antisubmarinas aliadas hacen improbable que Doenitz pudiese hacer mucho más, pero es que los aliados supieron usar la táctica alemana contra ellos: Doenitz controlaba su fuerza submarina haciendo uso intensivo de la radio, tanto desde el puesto de mando como desde los sumergibles. Los aliados, gracias al uso de radiogoniómetros de alta frecuencia primero, y luego gracias a la ruptura de las claves alemanas (facilitada por el uso tan grande de la radio) pudieron detectar, atacar y destruir a los submarinos.

Como los aliados tampoco eran perfectos cometieron errores muy graves. Varias veces las defensas antisubmarinas inglesas se encontraron con los submarinos aprovisionadores, en coincidencias tan improbables que hacían sospechar de la seguridad de las comunicaciones. Hasta Doenitz lo sospechó… y se dejó convencer por sus técnicos. Que Doenitz hubiese denunciado la falta de seguridad del sistema de cifrado alemán hubiese tenido tremendas repercusiones para el curso de la guerra.

Otro aspecto significativo es el del fallo de las tripulaciones de los submarinos. No en valor sino en técnica. Gran parte de los éxitos de los U-Boot los consiguieron unos pocos barcos, mandados por submarinistas formados antes de la guerra. El resto de los submarinos apenas consiguieron hundir dos o tres barcos. Esas diferencias se dieron en todas las flotas submarinas, pero los aliados, sobre todo los norteamericanos, cuya fuerza submarina también se multiplicó y llevó a cabo una campaña contra Japón muy parecida a la de Doenitz, tomaron medidas para solucionar ese fallo, y la eficacia de sus barcos aumentó con el tiempo, mientras que la de los alemanes disminuía. Desde luego la capacidad antisubmarina japonesa no tenía nada que ver con la inglesa, pero es algo que muestra que en la campaña de los U-Boot no fue todo tan bien como pueda parecer.

Eso no quiere decir que Doenitz fuese tan malo. Por ejemplo, consiguió mantener excelentes relaciones con Hitler, y a pesar de jugar contra un enemigo que le veía sus cartas (mediante ULTRA) consiguió poner a los ingleses contra las cuerdas. Doenitz fue un buen almirante, pero no un genio naval. No lo considero mejor que Lockwood, por ejemplo.

-¿Qué opinión te merecen los ,considerados como primeros submarinos reales , tipo XXI? ¿Podrían haber llegado antes? ¿Podrían haber relanzado la campaña submarina?

Creo que no. Desde luego los tipo XXI hubiesen sido enemigos terribles... en 1941, cuando no eran necesarios.

El problema es que hasta 1942 no se advirtió la necesidad de un nuevo tipo de submarino, y no do tiempo a que el nuevo tipo de buque llegase a entrar en servicio. Tampoco ayudó mucho que para ahorrar tiempo se iniciase la producción del nuevo tipo sin construir prototipos, y se usase un nuevo sistema de producción, la construcción modular. Los módulos se construyeron en industrias sin experiencia en construcción naval y luego, cuando se montaron, las secciones no encajaban, y costó muchos meses conseguir que los submarinos flotasen. Solo dos barcos llegaron a ser operativos (unos días antes del final de la guerra) y muchos tuvieron que ser desguazados en la grada por sus defectos. El desarrollo del tipo XXI me parece un ejemplo de "lo mejor es enemigo de lo bueno", y de como por emprender un proyecto demasiado ambicioso al final no se consiguió nada.

No digo que no hubiese debido emprenderse ese proyecto, al contrario, pero probablemente un desarrollo corriendo menos riesgos industriales hubiese conseguido que algún buque llegase a entrar en servicio en 1944. Además no era la única posibilidad. En la posguerra los norteamericanos modernizaron sus submarinos de las clases Gato, Balao y Tench (todos ellos barcos grandes, de 1.500 Tn de desplazamiento) con conversiones más o menos amplias que acabaron dándoles prestaciones similares a los tipo XXI. Tal vez los tipo IX eran demasiado pequeños para la conversión, pero los tipo X (submarinos minadores de 1.700 Tn) hubiesen podido servir como prototipos, incorporando las nuevas características (líneas limpias, baterías mayores, snorkel) sin tener que perder el tiempo con el diseño del casco, y así tener los primeros "elektroboat" en 1944.

Pero no creo que los “elektroboat” hubiesen llegado a repetir los éxitos de 1940 y 1941. Se debe a dos limitaciones de los submarinos convencionales. Por una parte, su horizonte visual es limitado (ya que los alemanes no disponían de radar para sus submarinos) y el sonar de la época daba poca información: lo justo como para decir "por ahí hay algo" pero no para poder dar una marcación adecuada, menos para conocer rumbo y velocidad del objetivo. Y ahí entramos en la segunda limitación: la velocidad y la autonomía en inmersión: aunque esos submarinos pudiesen conseguir velocidades elevadas, las podían mantener tiempos muy cortos, especialmente si las baterías no estaban cargadas por completo (o si estaban gastadas). La velocidad "normal" podría ser de unos doce nudos, apenas suficiente para dar caza a los convoyes lentos. Esa velocidad no bastaba para dar caza a los nuevos mercantes aliados (los Liberty llegaban a 10-11 nudos, los C2 y C3, los Victory o los petroleros T2 pasaban de 15 nudos). Por su movilidad limitada en la posguerra se ha descrito a los submarinos convencionales (derivados del tipo XXI) como "boyas armadas con torpedos" o "minas de largo alcance". Lo único que podían hacer era esperar que pasase un barco ante su periscopio, o dar caza a los convoyes lentos (de barcos pequeños y viejos).

Además en 1944 los aliados disponían de miles de buques de escolta, equipados con nuevas armas como el torpedo buscador antisubmarino Mk 24 (sin suficiente velocidad como para cazar a un tipo XXI, salvo que estuviese con poca carga en sus baterías). Otros desarrollos (torpedos con mayor velocidad) se retrasaron por no ser necesarios, ya que los submarinos habían sido derrotados en 1944. Los aliados también tenían miles de aviones antisubmarinos aliados, que ya en 1944 usaban avances como radares de onda corta capaces de detectar un snorkel, sonoboyas o detectores de anomalías magnéticas. Había tantos barcos antisubmarinos que cualquier submarino detectado era atacado y perseguido hasta el final por una flotilla, mientras otras mantenían la escolta de los convoyes. En este escenario el tipo XXI (o el tipo XXIII) seguía teniendo muchas posibilidades de supervivencia, podrían hundir bastantes barcos aliados, pero de eso a volver a los "tiempos felices"...

-Finalmente ¿cómo valora , en general, el papel de la Kriegsmarine durante la Segunda Guerra Mundial?

Si hablamos de la flota de superficie, su papel fue muy reducido, en buena parte debido a tener pocos buques, pero también a los problemas técnicos de sus unidades que limitaban su capacidad. A lo más que pudo aspirar la flota de la Kriegsmarine fue a obligar a los británicos a mantener parte de su flota para vigilarla, aliviando a italianos o japoneses. Pero nunca supuso la amenaza que hubiese podido ser si, por ejemplo, hubiesen construido portaaviones en lugar de acorazados.

Respecto a su flota submarina, a pesar de no haber sido perfecta, tuvo una contribución destacada, causando tremendos daños a la flota mercante británica y obligando a los aliados a invertir muchísimos recursos en la guerra antisubmarina. Pero ¿hubiese podido llegar a bloquear a Inglaterra? Yo creo que no, salvo que Alemania hubiese construido cientos de submarinos en el periodo de entreguerras, lo que probablemente hubiese tenido consecuencias políticas.

Por ahora dejamos aquí la entrevista. Espero que Luis quiera repetir ya que me cuenta que tiene también mucho que decir sobre la Royal Navy. Esperemos verle pronto por aquí de nuevo metiendole candela a la marina de su majestad.

Hasta la próxima camarada!

Hasta la próxima.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Intentando frenar la marea

¡Hola!

Hoy vamos a ver que intentó hacer la fuerza submarina de Doenitz para frenar los convoyes hacía el norte de África después de los desembarcos que iniciaron la operación Torch.

Intentando frenar la marea

Ya vimos(1) como la U-Bootswaffe logró un “importante” éxito durante los primeros días de Torch. Los siguientes intentos, sin embargo, serían más complicados y, en ocasiones, no acarrearían tan excelsos resultados.

El U509 ,bajo el mando del KL Karl-Heinz Wolff, intentó penetrar en el dispositivo aliado en torno a Casablanca pero ,en el intento, tocó una mina que dejó al buque dañado obligandole a regresar a puerto sin poder efectuar ataques. Llegó a Lorient el 26 de noviembre.

Tras los desembarcos iniciales el grueso de los mercantes aliados se alejaron algo de la costa para intentar despistar a los sumergibles de Doenitz. En vista de que los puntos de desembarco estaban eminentemente vacíos se le ordenó a los cazadores alemanes que se situaran más al oeste ,intentando formar una pantalla frente a la costa marroquí.

Al oeste del estrecho de Gibraltar se encontraba el U515 , comandado por el KL Emil Henke, el día 12 cuando detectó una agrupación enemiga .Tras varias horas forzando las maquinas para ganar una posición de ataque optima y tras evitar a los destructores de escolta ,consiguió hundir al Hecla (británico de 10.850 T) y poco después dañar al destructor Marne . Siguió la típica cacería al submarino por aviones y otros destructores de la que el U515 no sólo consiguió escapar sino que intentó rematar al Marne, sin conseguirlo.

El Hecla
 
Otro sumergible que obtendría un buen éxito sería el U155 del KL Adolf Piening .El día 15 ,en una reedición del acierto del U130 ,lograría hundir con sólo una salva de 4 torpedos al portaaviones de escolta Avenger (británico de 13.785 T) y al transporte de tropas Ettrick (británico de 11.279 T), además de dañar al Almaak (norteamericano de 6.736 T). Sólo en el hundimiento del portaaviones fallecieron más de 600 personas.

El portaaviones de escolta HMS Avenger con varios Hurricanes en cubierta
 
Sin embargo, el buque más grande hundido en esas jornadas sería el transporte de tropas Warwick-Castle ( británico 20.107 T) que ,a manos del U413 del KL Johan Poel,se fue a pique el día 14 cuando regresaba a Inglaterra.

El transporte de tropas Warwick Castle
 
No todos serían éxitos y facilidades para los submarinistas alemanes. Muchos de los convoyes no pudieron ser atacados merced de la fuerte escolta que llevaban y de la protección aérea que proporcionaba la cercana base de Gibraltar y los portaaviones de escolta. Así, en esos días iniciales de invasión, se perdieron 2 sumergibles y 4 más resultaron gravemente dañados debiendo regresar a puerto.

Doenitz no era partidario de seguir intentando frenar la marea de mercantes que llegaban a las costas africanas junto a estas por que la cercanía de la base de Gibraltar y las fuertes escoltas hacía que los submarinos alemanes apenas pudieran operar con ciertas garantías de éxito y menos aún de supervivencia. Además muchos convoyes navegaban muy al sur, lejos de las zonas de patrulla. Así ,en vista de los pocos éxitos que se estaban obteniendo y del importante descanso que se le estaba dando a los mercantes que abastecían Inglaterra ,solicitó que sus unidades volvieran a la Batalla del Atlántico el día 18 de noviembre pero Raeder argumentó que las unidades submarinas eran la única manera de entorpecer la invasión que tenía la Kriegsmarine. Posteriormente si se autorizó a que 12 unidades formasen una pantalla cerca de la Azores para intentar alejar las ventajas aliadas en torno a la zona del Estrecho mientras el resto iban al Mediterráneo o volvían al norte del Atlántico. Junto a las islas portuguesas conseguirían hundir otros 4 buques que iban rumbo a la zona de invasión .El 23 de diciembre se suspendieron las operaciones de interceptación y las unidades germanas volvieron a sus misiones habituales contra el tráfico aliado.



Saludos



Fuentes y enlaces de interés
Doenitz, Karl “Diez años y veinte días” Ediciones Altaya 2008

viernes, 13 de junio de 2014

Fw 200 Condor en la batalla del Atlántico X : Conclusiones y cifras

¡Hola!

Con esta entrega termina el serial sobre el Fw 200 en la Batalla del Atlántico. Espero hayan sabido y sepan perdonar mis meteduras de patas al adentrarme en terrenos algo alejados de los míos, en los que también me equivoco como común mortal que soy. Darle también las gracias a todos los que han aportado al tema , ya fuera con fotos datos o aliento o avisandome/corrigiendome los fallos.

En este último post veremos algunos datos, cifras y conclusiones referentes a toda la historia que hemos venido contando.

Fw 200 Condor en la batalla del Atlántico X : Conclusiones y cifras

El Fw 200 Condor libró una guerra de pobres en la inmensidad del océano Atlántico. No es algo que deba sorprender dadas las limitaciones en el pensamiento naval ,y todo lo con él relacionado, de Hitler o Goering. El siempre escaso números de, por lo demás, un aparato con limitaciones para la guerra debido a su origen civil, lastró seriamente la búsqueda, localización y ataque de mercantes aliados. Más tarde no se pudo afinar nunca del todo la cooperación con los sumergibles de Doenitz.

Aún así entre junio de 1940 y septiembre de 1943 los Condors del KG 40 hundieron más de 90 mercantes, lo que representaban más de 430.000 T, y dañaron otros 70 buques , con desplazamiento de unas 353.000 toneladas(1). A pesar de los sorprendente que puedan parecer estas cifras hay que contextualizarlas: lo hundido en 1940 representaba menos del 3% de la navegación británica hundida por todos los medios para ese año. En 1941 , su mejor año, el dato llegó al 5,4% y ahí no hizo sino decrecer. Otras unidades de bombarderos medios, como el KG 26 o el 30, que también tuvieron un claro papel antibuque en Noruega, hundieron bastante más, aunque también es cierto que contando con muchos más medios.

Vista inferior de un Fw 200
 
Hasta que no se empezaron a recibir los primeros radares embarcados a finales de 1942 el Condor no contó con una buena capacidad de localización. Esto queda patente si analizamos los convoyes atacados:

- Solo en 6 de ellos se produjeron daños graves (todos ,menos uno, durante el apogeo del Fw 200 en el Atlántico ,a principios de 1941)
- De los 29 convoyes, con un total de 584 mercantes, Gibraltar-Inglaterra (HG) que navegaron en 1941 los Fw 200 solo hundieron 7 mercantes de 3 convoyes distintos.
- De los 49 convoyes, con 1.198 mercantes, procedentes de Freetown (SL) se atacaron 4 y se hundieron 8 buques.
- De los 85 convoyes OB ,con 3.061 buques, se atacaron 6 y se hundieron 15 navíos.

Aunque no hay que desligar esto del siguiente problema.

El escaso número de Condors construidos y su baja operatibilidad ,que a veces llegó a un paupérrimo 25%, hacía que no se pudieran ampliar rápidamente los efectivos o realizar muchas patrullas. Veamos los construidos y perdidos ,por cualquier motivo, por año que se dan en (2):

1940: 42 construidos, 14 perdidos
1941: 52 construidos, 35 perdidos
1942: 96 construidos, 32 perdidos
1943: 77 construidos, 52 perdidos

Y es que este aparato nunca fue una prioridad para el Ministerio del Aire Alemán por ser solicitada su construcción por la Kriegsmarine más que por la propia Luftwaffe. Otra dramática consecuencia del conflicto Raeder-Goering y la cortedad de miras del Alto Mando Alemán, en general, en aspectos navales.


Un aparato en la base de Burdeos
El aparato en sí carecía de importantes defectos para las misiones siendo asignados a estas por su mayor, y casi única, virtud: su largo alcance. Pero los defectos eran importantes como hemos ido comentando en este serial: escasa capacidad de carga (4 bombas de 250 Kgs), propenso a fallos estructurales por sobrecarga , escaso aguante ante los daños...

También hay que reconocer que los británicos reaccionaron rápidamente implementando sistemas como los cazas catapultados o el aumento de la AA de los mercantes. En ese sentido si se podría decir que el escaso número de Condors usados logró desviar mucho esfuerzo británico de otras areas. Así, por ejemplo, se dotó del sistema de catapultas CAM a un total de 35 buques , los cuales solo lograron derribar 3 Condors en un total de 9 lanzamientos.(aquí también se incluyen lanzamientos contra otros aparatos) Se desviaron muchos aparatos a Gibraltar, Gales o Irlanda para patrullar sobre el Golfo de Vizcaya, el oeste de Portugal e Irlanda y extensas areas del Atlántico para cazar a los Fw 200 en vuelo o proteger a los convoyes desde el aire contra la amenaza de los escasos, pero ubicuos, Condors. Igualmente se llevaron a cabo varios bombardeos pesados sobre las bases de los Fw 200 en Francia o Noruega y se tuvieron que utilizar portaaviones de escolta para proteger los convoyes que transitaban frente a Portugal a pesar de no ser esta la zona de mayor virulencia de la ofensiva de los chicos de Doenitz.

Los últimos intentos de adaptarse a las contramedidas británicas por parte de unos competentes oficiales de unidad y merced de nuevos equipos resultaron esperanzadores pero el escaso material propio y el mucho aliado hacían previsible el resultado final de esta particular contienda.

Así pues se puede decir, bajo mi punto de vista, que los Fw 200 del KG 40 basados en Francia realizaron una buena aportación al esfuerzo bélico alemán en la batalla del Atlántico y que este podría haber sido mayor en el momento ,el año entre los veranos de 1940 y 1941, que más indefensos estaban los convoyes ,si se hubieran tomado otras decisiones en el seno de la Luftwaffe alemana. Pero a toro pasado...

No puedo despedirme sin recomendarle este post:


en el que podrán ver muchas fotos de todas las partes de un Fw 200.

Saludos

(1) Forczyk, Robert “Fw 200 Condor Vs Atlantic Convoy 1941-1943” Osprey 2010 pag 75
(2) Forczyk, Robert “Fw 200 Condor Vs Atlantic Convoy 1941-1943” Osprey 2010 pag 75
Aunque estas cifras no concuerdan exactamente con las de :


Fuentes y enlaces de interés
Forczyk, Robert “Fw 200 Condor Vs Atlantic Convoy 1941-1943” Osprey 2010
Salgado, Juan Carlos “La maquina y la historia. Perfiles aéronauticos IV :Focke Wulf Fw 200 Condor I” Quiron ediciones
Salgado, Juan Carlos “La maquina y la historia. Perfiles aéronauticos V :Focke Wulf Fw 200 Condor II” Quiron ediciones

miércoles, 23 de abril de 2014

Fw 200 Condor en la batalla del Atlántico II: situación estratégica, uso y problemas del KG 40 e intentos británicos de contrarrestarlos

¡Hola!

Hace poco empezábamos con un serial sobre el Fw 200 condor en la Batalla del Atlántico viendo algo de información referente al aparato y por qué se tuvo que adaptar para el ataque al tráfico marítimo aliado a pesar de sus deficiencias. Hoy veremos una serie de datos varios que estaría bien conocer antes de pasar a las acciones de combate en si:

Fw 200 Condor en la batalla del Atlántico II: situación estratégica, uso y problemas del KG 40 e intentos británicos de contrarrestarlos

La situación estratégica para Gran Bretaña el día que Francia se rindió pasó de buena a precaria. En un principio la única amenaza contra el tráfico que permitía a las islas británicas sobrevivir provendría de la Kriegsmarine, ya sea con sus sumergibles o con unidades de superficie. Esto no era muy preocupante ya que se creía que se tenía el remedio contra la amenaza submarina, el sonar, y la Royal Navy y la Marina francesa podían alinear muchísimos más buques de superficie que la Kriegsmarine alemana. Pero el día que Francia se rindió todo esto cambió radicalmente. Ahora los sumergibles y buques de superficie podrían operar desde la costa atlántica del antiguo aliado.

No obstante la mayor amenaza naval se vería solapada con la nueva amenaza aérea. Ni la RAF ni el Coastal Comand habían previsto un desarrollo de la guerra que pusiera a los aviones alemanes en disposición de atacar los convoyes que llegaban a las islas. Ahora, con la ocupación de Francia y Noruega, los Fw 200 Condor podrían permanecer largos periodos de tiempo en busca de mercantes e incluso bombarderos bimotores más pequeños podrían hostigar ciertas zonas marítimas, como el mar de Irlanda. Así pues el 17 de agosto de 1940, cuando Hitler decretó un bloqueo total de las islas británicas, la situación para los habitantes de estas no era precisamente halagüeña.

Poco después de que se firmase el armisticio el I./KG 40 se trasladó primero a Brest y no mucho después a Burdeos ,desde donde operarían en adelante. A mediados de agosto el Gruppenkommandeure Petersen tenía a su disposición 9 Fw 200 pero la disponibilidad habitual del modelo C-1 raramente superaba el 30%. Esto cuando no tenían que darse de baja directamente por que varios de los modelos reconvertidos de la versión B a la C que fueron usados durante Weserubung tuvieron que desecharse por las grietas aparecidas debido a su debilidad estructural crónica. Más grave y alarmante que esto era el escasísimo número de unidades, operativas o no, que existían para cubrir el Atlántico .Además el tema no tenía fácil solución por la absurda burocracia industrial alemana y un despilfarro irracional en muchos aspectos que hizo que mientras que en los últimos 6 meses del año 1940se le entregaran al KG 40 unos 20 escasos Condors a la Lufthansa se le dieran ¡¡ 26 !! Algo inexplicable dada la carencia de la unidad de Petersen.

  El Gruppenkommandeure del I./ KG 40 Major Edgar Petersen
A estos problemas se les sumaban otros como el uso indebido de los Fw 200. Inicialmente ,entre el 15 y el 27 de julio, estos fueron usados para tender minas en las costas inglesas resultando en la perdida de 2 los valiosos aparatos. Finalmente se le dio a Petersen carta blanca para atacar el tráfico enemigo directamente.

Otro posible uso para los Condors hubiera sido como ojos de los sumergibles de Doenitz. Este deja claro en sus memorias la importantísima ventaja que hubiera supuesto para el esfuerzo submarino ahorrar el máximo tiempo posible en la búsqueda de convoyes que atacar. Los Fw 200 eran aparatos ideales en ese contexto: si se eliminaba su carga de bombas empleando el peso en llevar más gasolina podrían estar sobre el atlántico enormes periodos de tiempo. En cuanto localizasen un convoy podrían guiar hasta el a los sumergibles de Doenitz que, en las condiciones normales, podían tirarse muchos días navegando sin encontrar blancos. Pero el escaso número de Condors disponibles en el I./KG 40 y su misión para atacar mercantes hacía que apenas pudieran operar unas horas en el Atlántico y, desde luego, no existía la posibilidad de organizar un seguimiento constante de un convoy que se localizase por el escaso número de Fw 200.

Mientras tanto los primeros hundimientos provocados por el ubicuo Condor resultaron en un grupo de medidas heterodoxas para contrarrestarlos. Se dotó, por ejemplo, al Crispin de una buena cantidad de AA y se le hizo navegar a cola de los convoyes intentando atraer la atención de un aparato alemán pero dado el escaso número de Condors no se encontró con ninguno que probase su utilidad antes de que un sumergible lo enviara al fondo del mar. Otro remedio , idea de Churchill, consistía en una incursión de comandos casi suicida contra el aeródromo de Burdeos sin muchas oportunidades de escapar.

Al final se recurrió a algo más sencillo: atacar a los Condors en su base y desde el aire. La primera incursión fue la noche del 22 al 23 de noviembre de 1940 y en ella 32 bombarderos destruyeron 4 hangares y 2 Fw 200. Otras 3 incursiones no tuvieron éxito y no sería hasta la del 13 de abril que otros 3 Condors resultaron destruidos. Teniendo en cuenta el radio de dispersión de las bombas británicas en esa época el hecho de destruir 5 “pequeños” Condors en otras tantas incursiones no debe dejar de notarse como un cierto éxito. Ataques contra la fábrica en Bremen tuvieron aún menos éxito.

La RAF tenía muy controlados a los Fw 200. Aquí vemos una foto de reconocimiento del aeródromo de Værnes , Trondheim en Noruega ,julio de 1942 , desde donde también operaban aparatos del KG 40
 
Otro problema, en mi opinión el peor y más insalvable, era la aversión de Goering a ceder el control de “sus” aviones a la Kriegsmarine. El I./KG 40 pasó a control de la Kriegsmarine temporalmente el de enero de 1941 gracias a que Raeder mandó a Doenitz ante Hitler para explicarle los beneficios de un avión de gran radio de acción reconociendo el mar para sus sumergibles. Esto por que estaba Goering de vacaciones de navidad y no pudo hacer nada para intervenir pero en cuanto regresó al “trabajo” empezó a reclamar los aviones. Finalmente Hitler cedió y apenas 2 meses después el I./KG 40 volvía a control de la Luftwaffe. No obstante se formó, para compensar, el Fliegerführer Atlantik en Lorient bajo el mando del Generalmajor Martin Harlinghausen para intentar coordinar mejor los esfuerzos del KG 40 con los sumergibles de Doenitz.

Poco a poco el Coastal Comand recibió más y mejores aviones y se dotó a algunos mercantes de Hurricanes lanzados desde una catapulta e impulsado por cohetes para defender los convoyes del ataque aéreo enemigo.

                                                             Un Hurricane es lanzado desde un mercante
El sistema, conocido por sus siglas en ingles como CAM (catapult aircraft merchant ship ), tenía sus riesgos ya que los pilotos ,si eran lanzados en alta mar, no tenían donde aterrizar y tenían que amerizar y ser recogidos por algún otro buque. A pesar de ello el sistema se mostró útil derribándose hasta 8 aparatos alemanes , incluidos varios Fw 200, en las 9 ocasiones que se lanzaron al aire los Hurricanes con este sistema(1).

A partir del segundo 10 de este video se puede apreciar el lanzamiento de un aparato :


Continuara...

(1) Para más información sobre el peculiar medio de defensa:


o especialmente este tema del foro El Gran Capitán

http://www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?f=52&t=19365

Saludos


Fuentes y enlaces de interés
Forczyk, Robert “Fw 200 Condor Vs Atlantic Convoy 1941-1943” Osprey 2010