Bienvenidos al blog La Kriegsmarine en castellano

¡Hola!

Bienvenidos a todos a este blog en el que pretendo traer poco a poco la historia de los buques de superficie alemanes en la Segunda Guerra Mundial. No dejare de lado la historia de los U-boote pero estos serán lo menos ,al menos por ahora.

Desde mi modesto punto de vista de aficionado intentare traer artículos que toquen todos los puntos posibles: Técnica, historias menores, las grandes operaciones, a los propios buques, fotos y videos... Todo ello usando las fuentes que están colgadas,o lo estarán,en el blog.

Cualquier comentario,critica u opinión sera bienvenida.

¡Grube!!

Mostrando entradas con la etiqueta Z18 Hans Lüdemann. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Z18 Hans Lüdemann. Mostrar todas las entradas

miércoles, 11 de marzo de 2015

Capitanes destructores Kriegsmarine III

¡Hola!

Continuamos con los comandantes de los destructores alemanes así es que hoy van los de la clase 1936.

Capitanes destructores Kriegsmarine III

Clase 1936

Z17 Diether von Roeder
Agosto 1938 a Abril 1940 Korvettenkapitän Holtorf

Z18 Hans Lüdemann
Octubre 1938 a Abril 1940 Korvettenkapitän Friedrichs

Z19 Hermann Künne
Enero 1939 a Abril 1940 Korvettenkapitän Kothe

Z20 Karl Galster
Marzo 1939 a Agosto 1942 Korvettenkapitän von Mauchenheim
Agosto 1942 a Enero 1945 Fregattenkapitän Harmsen
Enero 1945 a Mayo 1945 Fregattenkapitän Schmidt

Z21 Wilhelm Heidkamp
Enero 1939 a Abril 1940 Korvettenkapitän Erdmenger

Z22 Anton Schmitt
Septiembre 1939 a Abril 1940 Korvettenkapitän Böhme

Continuará...

Fuentes y enlaces de interés
Williamson ,Gordon “German Destroyer1939-1945” Osprey 2003

lunes, 22 de septiembre de 2014

Destructores alemanes en Narvik III por Miguel Fiz Cobos

¡Hola!

Tercera entrega sobre las andanzas de los destructores alemanes en Narvik escrita por Miguel Fiz Cobos


3.- Murieron con las botas puestas… o mas bien les dejaron chiflando en la loma

Y sin embargo, a pesar de todos los problemas sufridos, al amanecer de aquel día 8 de abril todos los destructores alemanes estaban allí, desperdigados y con diversos problemas, pero todos continuaban hacia el norte. Si bien en próximas entregas seré sumamente severo con Bonte y con otros mandos alemanes, hay que reconocer que tanto ellos como sus tripulaciones mostraron un profesionalismo a toda prueba. Su misión principal era llevar a los Gebirgsjäger a sus destinos, y en eso no fallaron. Eso sí, no se esperaban encontrar buques enemigos tan pronto, pero bueno, la aparición del Glowworm en medio de un grupo de buques deambulantes fue un suceso inesperado por germanos como por ingleses. Desgraciadamente al comandante Roope, así como a los demás oficiales y tripulaciones británicas, su propio servicio de inteligencia les había fallado en más de una manera. Me voy a permitir indicar algo al respecto.

Normalmente cuando pensamos en la inteligencia británica en la IIGM, viene a nuestra cabeza ULTRA y sus derivados, ese enorme esfuerzo que permitía al parecer casi “leer” de forma mágica los comunicados radiales alemanes, en ocasiones incluso se especula sobre varios momentos en los que, siempre según la mitología popular, se sabía tanto de los planes alemanes que incluso las autoridades inglesas se daban el lujo de no usar “demasiado” dicha información para evitar que los alemanes se percatasen de que sus comunicaciones eran virtualmente “un libro abierto”, tal es el caso del bombardeo de Coventry, donde el mismísimo Churchill habría decidido no usar la información de ULTRA para interceptar a los bombarderos que machacarían la ciudad, o mejor aún, advertir a la población de la amenaza… se sabe ahora que eso es un mito [1], pero bueno, la mitología y las leyendas urbanas, siempre estarán presentes.

La realidad es que en esos meses del inicio de la guerra, la inteligencia británica, y los servicios de información del almirantazgo, estaban casi a ciegas. Desgraciadamente para ellos, todo el esfuerzo y los conocimientos ganados durante el anterior conflicto mundial, que desembocaron en la creación del llamado “Departamento 40” (“Room 40”), que era el servicio de escucha, intercepción y descifrado para el almirantazgo había quedado casi olvidado. Las penurias de la postguerra y la astringencia económica significaron que cuando se desato la IIGM, se tuvo casi que empezar desde cero. Parece de risa, pues los británicos habían estado recibiendo varias señales que de haberse unido e interpretado (mensajes diplomáticos, avistamientos de buques, aumento en el trafico radial, etc.) seguramente hubieran podido sustentar ya no sospecha, sino un claro aviso de que los alemanes iban a invadir Noruega, pero dicha instancia no existía en ese momento. [2]

En cambio, la marina alemana aprendió bien las lecciones de la IGM, el equivalente germano al “Room 40” británico de la IGM, el Beobachtungsdienst o “B-Dienst”, era terriblemente eficiente. Desde antes de iniciadas las hostilidades habían conseguido “romper” muchos códigos de comunicación de la marina real y otras instancias, además de tener un equipo de especialistas que concentraba los datos recabados para dar información bastante útil a los mandos. Era un hecho que entonces, la marina alemana podía ir varios pasos delante de sus oponentes, siempre que pudiese interceptar algún mensaje británico “legible”.

Por ejemplo, un par de aviones Hudson de reconocimiento ubicaron en la mañana del día 7 a parte del grupo de buques alemanes en dirección a Trondheim y Narvik. Enviaron de inmediato un reporte sobre su avistamiento por supuesto. Pues dos horas después (11.31 según el uso horario empleado por la fuerza alemana), el almirante Lutjens, al mando del Scharnhorst y el Gneisenau y con la doble misión de servir de escolta pesada y de señuelo, estaba ya recibiendo una copia decodificada de dicho mensaje, según el cual, habían sido detectados “…un crucero y seis destructores…dirigiéndose al norte…”. Es decir, los británicos estaban ya positivamente al tanto de que algo se cocinaba a esas horas. Se envió de hecho un grupo de bombarderos Blenheim (12 bombarderos del escuadrón 107) que, como generalmente ocurría en misiones de bombardeo a gran altura sobre buques en movimiento, no logró nada.

El B-Dienst pudo decodificar con igual celeridad el reporte de los bombarderos luego del ataque, indicando que habían bombardeado “…tres acorazados dirigiéndose al norte, acompañados por destructores…”, obviando las naturales confusiones de todo reporte visual, parecía que los ingleses habían descubierto el asunto… ¿o no?... [3]

Aquí hay que subrayar una de las genialidades del plan alemán. En gran parte gracias a los servicios del B-Dienst, se sabía que el almirantazgo y el resto de las autoridades británicas estaban cuando menos “en la luna” respecto a la intención alemana de ocupar Noruega, mientras que por supuesto, los burdos preparativos aliados para montar una suerte de misión expedicionaria hacia Narvik y Trondheim eran más que claros (y de hecho ,por esas vueltas de tuerca que tiene la historia, aceleraron los propios planes alemanes). Se estaba al tanto de que si se simulaba una salida al Atlántico por unidades pesadas, los ingleses caerían como “peces en una tina” en el engaño, de allí una de las razones por las cuales el Scharnhorst y el Gneisenau fueron destinados a encabezar al grupo que se dirigía a Narvik. De esa manera, lo que se pensó en el almirantazgo era que seguramente los buques pesados alemanes se dirigían al Atlántico, tomándose medidas para contrarrestar eso. Dado que los destructores alemanes tenían muchas limitaciones de alcance, nadie pensó con seriedad que se estarían empleando como transportes de ocasión y que lo que estaba ocurriendo era la invasión de Noruega. Sobra decir que aunque se cursaron comunicados para alertar a la Home Fleet en Scapa Flow (con el Rodney, el Repulse y el Valiant) para una inminente operación de intercepción, siempre fue pensando en que las unidades pesadas germanas irían al Atlántico y que los destructores retornarían a puerto. Patrick Beesly (“Very Especial Intelligence”) lo resume asi [4]:

Tres factores deben de ser tomados en cuenta cuando se considera la falla británica en predecir la acción alemana. Primero, toda la atención estaba concentrada en nuestros propios planes de minar las costas noruegas *, en las secciones empleadas por los buques de carga alemanes para transportar el mineral de hierro sueco desde Narvik hacia Alemania. Más aun, no se dio demasiada importancia a las reacciones alemanas hacia ese minado. Segundo, el almirantazgo y la "Home Fleet" estaban preocupadas con la posibilidad de una salida de los cruceros de batalla (sic) o de los acorazados de bolsillo alemanes al Atlántico, y cualquier signo de actividad que fuese detectada se asociaba mas a dicha posibilidad, más que a una operación que, incluso los asesores profesionales de Hitler consideraban temeraria al extremo. Y como tercer factor, a lo largo del invierno habíamos tenido una lluvia de reportes de ataques inminentes por parte de Alemania a los Países Bajos o a Francia, todos los cuales habían terminado en nada. Por tanto no es sorprendente que los rumores de invasión a Noruega fuesen tratados por todas las agencias de inteligencia aliadas con cierto grado de escepticismo.”

* Recordar que el grupo del Renown estaba apoyando precisamente las tareas de minado de las costas noruegas.

Así pues, el solitario Glowworm jamás recibió señal de alerta…

Entonces, retornado de una breve explicación sobre cómo estaban las cosas respecto a la inteligencia naval de ambos contendientes, Roope y su gente se toparon esa mañana del 8 de abril… con una visibilidad muy mala, de apenas pocos miles de metros y todavía con mar picado. Serian aproximadamente las 0850 (hora alemana) cuando vigías del destructor alemán Hans Ludemann (Z 18) detectaron al Glowworm por su lado de estribor, mucho antes de que los vigías ingleses se percatasen de que no estaban solos. De hecho el Korvetenkapitän Herbert Friedrichs, patrón del Z18, consideró que tenia una posición de ventaja y pidió permiso para atacar al destructor enemigo, pero su superior, el Fregattenkapitän Hans-Joachim Gadow (en el mismo buque), jefe de la tercera flotilla, le indico que su misión principal era llevar a las tropas a tierra, no entablar combate. El Z18 comunicó el avistamiento a Lutjens, momento en que la tripulación del Glowworm se dio cuenta de la presencia del destructor alemán. No esta de mas comentar que según reportaron posteriormente los testigos alemanes, el Glowworm estaba con los cañones sin manejar y al parecer sin todas las calderas encendidas, de ser cierto, seria otro indicativo de la falta de información de la que disponía Roope, quien por tanto estaba a ciegas en cuanto a la presencia de navíos enemigos en esa área.

Sin embargo, cuando se dio la voz de alarma, el comandante Roope ordeno de inmediato mandar señales por semáforo al buque ignoto, el cual respondió “destructor sueco Göteburg”. Roope determinó que era demasiado improbable que en esas aguas un buque sueco estuviese merodeando, así que ordeno enarbolar la banderola de batalla y disparar al buque desconocido, mas el Z18 aceleró y se perdió en la espesa neblina.

Luego de algunos tensos minutos, el Bernd von Armin (Z11), al mando del Korvetenkapitän Curt Rachel, también se topo con el Glowworm, acercándose con rapidez por el lado de babor del destructor ingles, ambos buques siguiendo curso reciproco. Inicialmente Rachel considero atacar al destructor enemigo, pero cuando pidió autorización por radio de corta distancia a Gadow, su superior, este le recordó lo mismo que le había dicho al patrón del Z18: la misión principal era llevar a los jäger a tierra… de todas maneras la acción que se sucedió inmediatamente demostró que aunque hubiera querido, simplemente Rachel no estaba en condiciones de presentar una batalla justa.

Los destructores alemanes que se dirigían a Narvik y Trondheim eran buques que en el papel parecían impresionantes y en combate singular tenían ventaja en cuanto a cañones, aunque un poco superados en cuanto a torpedos. Rachel tenia a su disposición 5 cañones de 12.7 cm (5 pulgadas) y 8 torpedos, Roope tenia 4 cañones de 4.7 pulgadas y 10 torpedos. Sin embargo en las condiciones climáticas de esa mañana, la ventaja estaba decididamente del lado del ingles. La premura en cuanto a diseño y construcción de los buques ligeros alemanes desembocó en una gran cantidad de problemas técnicos, algunos de los cuales ya han sido reseñados en el reporte del Kapitänleutnant (ing) Heye. A eso hay que añadirle que definitivamente las cualidades marineras de estos buques no eran las mejores. En mar picado su estabilidad y maniobrabilidad demeritaba mucho, de tal suerte que la ventaja teórica que daba el tener armas con mas calibre y alcance se perdía, pues era difícil tanto situar al barco en una posición adecuada, y lograr puntería adecuada se hacia una labor casi imposible.

Con las ordenes de Gadow en mente, Rachel procedió a romper el contacto con el ingles, solo para darse cuenta de que su buque no estaba respondiendo bien en el mar embravecido. A toda marcha (35 nudos) la proa del navío alemán recibía el embate de las olas con gran violencia, lo que al poco tiempo produjo diversos daños en la superestructura. Dos hombres cayeron al mar durante el intento por “sacudirse” al Glowworm. Finalmente Rachel debió reducir la velocidad a 27 nudos para evitar que el buque se dañase mas, lo que hizo que Roope se pudiera acercar lo suficiente como para comenzar a disparar con sus piezas de proa. Los cañones de popa del Z11 respondían el fuego y más tarde, de manera algo optimista, reclamaron haber obtenido 3 impactos en el buque ingles, lo cual en realidad era mas producto del calor del momento y de cierta impotencia que de veracidad.

Rachel, muy a su pesar, se vio obligado a solicitar apoyo, mientras mantenía curso y trataba de burlar al adversario con una cortina de humo. Los destructores del grupo dirigido a Trondheim, el Paul Jacobi (Z5) , Theodor Riedel (Z6), Friedrich Eckholdt (Z16) y Bruno Heinemann (Z8), estaban al sur del destructor en problemas y captaron los mensajes. Su comandante, el Fregattenkapitän Rudolf von Pufendorf ordenó acelerar para apoyar a Rachel .Desgraciadamente el mar agitado se cobró de inmediato tributo, cuando una ola particularmente fuerte provoco una escora temporal de casi 55° al Z5, entrando agua a las salas de maquinas, apagándose una caldera y cayendo al mar 5 marineros. Seguramente lanzando toda clase de improperios marineros, von Pufendorf debió ordenar reducir la velocidad…[5]

Es interesante indicar aquí que, jamás sabremos realmente que pasaba por la cabeza de Roope en estos momentos, seguramente estaba cierto de que el buque que habían divisado primero y el que estaba ahora persiguiendo podrían pertenecer a una flota aun mayor, quizá debió haber considerado que el otro buque podía retornar para ayudar a su compañero, lo que le pondría en situación difícil. Al parecer en todo caso a Roope no le faltaba iniciativa y ciertamente agresividad. Por si acaso ya cuando avisto al primer buque (el Z18) envió un reporte al almirante Whitworth donde se indicaba que se había topado con un buque enemigo y dando sus coordenadas aproximadas (64 ° N 04’ , 06° 04’ E, en realidad fue a los 64° N, 07° según los alemanes, señal de que la brújula del Glowworm no estaba bien) . 

Posición que reportó el Glowworm al momento del encuentro fatal con el Hipper y la del grupo del Renown
 
Desgraciadamente para Roope y su tripulación, el crucero pesado Admiral Hipper, mas al norte, había recibido la orden de acudir en ayuda de Rachel. El Kapitän zur See H. Heye, patrón del crucero, procedió a toda maquina en apoyo del Z11, llegando al área aproximadamente faltando 15 minutos para las 1000. Cinco minutos después sus vigías indicaron el avistamiento de dos mástiles .De inicio no se sabia quien era el buque amigo y quien el enemigo, pero poco a poco la escena se fue aclarando. A las 0958 se pudo establecer con exactitud la identidad de ambos buques, así que Heye ordeno abrir fuego. Para esto la tripulación del Glowworm al principio considero que el buque que llegaba al lugar era uno de los suyos, probablemente el Renown… se enviaron señales por semáforo, que fueron contestadas con el rugir de las piezas de proa de 20.3 cm del Hipper.

Heye no quiso correr riesgos, sabía que el Glowworm solo podría hacerles daño si se le permitía ponerse en posición para lanzar sus torpedos, así que dictó ordenes al timonel para que mantener siempre la proa hacia el destructor ingles a fin de poder evadir cualquier ataque de ese tipo. Eso limitaba el empleo de la artillería del crucero a las piezas de proa, pero sin lugar a dudas era una maniobra correcta. La primera salva alemana se disparo a unos 8,400 metros. El Glowworm estaba casi condenado… Roope ordenó maniobrar con virajes pronunciados y acortar distancias, para tratar de buscar una posición desde la cual disparar sus torpedos, pero cada maniobra suya era respondida por una correcta solución del lado alemán, se ordeno entonces lanzar humo y cubrirse, pero para sorpresa de los ingleses, el fuego alemán continuaba con gran precisión…

Seguramente si Roope hubiera estado enterado de que los alemanes estaban ya empleando en unidades de ese tipo asistencia para sus directores de tiro (DeTe) y que por tanto las cortinas de humo eran inútiles, quizá hubiera variado toda su estrategia, pero era tarde. Para la quinta salva el Hipper estaba ya acertando en el destructor. Pronto la sala de radio quedo en ruinas, de manera que se perdió contacto con el exterior. Otros impactos comenzaron a abrir vías de agua, el dispensario recibió una proyectil de gran calibre, eliminando a los heridos que se habían acumulado luego de pocos minutos. Los cañones del Glowworm intentaron responder el fuego, pero sin éxito, los torpedos fueron igualmente disparados en sucesivos intentos por alcanzar al Hipper, pero erraron debido al mar picado, enemigo de todo control de tiro sin asistencia. Generalmente en espacios especializados se tiende a criticar a los complejísimos sistemas de control de tiro de los buques alemanes, sobre todo los de la AA media y pesada, pero en circunstancias como esta, se probaron mas que adecuados, ya que es claro que gran cantidad de proyectiles de 10.5 cm acertaron al Glowworm.[6]

Eran las 1010 y el asunto se veía ya terriblemente comprometido para el destructor ingles. Se intento un ataque con los últimos torpedos por parte de Roope, quedando ambos buques a distancias cada vez mas cercanas ,de apenas cientos de metros, en cada viraje. Para ese instante el Glowworm estaba recibiendo las “atenciones” incluso de las piezas AA de 37 y 20 mm alemanas. Nuevamente el Hipper buscó con la proa al contrario y evadió los últimos torpedos. Dado que ambos buques estaban acercándose peligrosamente, se hacía casi inevitable un choque, de hecho Heye ordeno al timonel que ,de ser necesario, el Hipper debía embestir al molesto buque británico. [7]

Foto tomada desde el Hipper poco antes del choque
Generalmente en este punto se inicia la leyenda, el Glowworm, arrojando humo producto de varios incendios, enfila su proa hacia el costado de babor del crucero alemán, que no logra esquivarle, embistiéndole y quedando luego inerme. Sin embargo hay que aclarar que seguramente para este momento el Glowworm estaba sin control, habían recibido un impacto en la sala de maquinas y había varios fuegos iniciándose. Es un hecho también que luego del último ataque con torpedos el puente de mando del destructor recibió de lleno un proyectil probablemente de 10.5 cm, dejándolo prácticamente en ruinas. El único oficial superviviente, el teniente Robert Ramsey, declararía que, momentos antes de la colisión no había nadie manejando el timón debido a las bajas en el puente. Por tanto no se puede saber si la embestida del Glowworm al Hipper fue producto realmente de una decisión de parte del comandante Roope, o si fue resultado de una serie de maniobras fortuitas, en todo caso eso no demerita a ninguno de los participantes. [8]

Lamina muy idealizada de la embestida, elaborada por el artista Ivan Berryman
 
Lo demás ya es por supuesto conocido, así que no profundizaremos demasiado, el Hipper recuperó a 40 sobrevivientes, Roope no estaba entre ellos. Aunque el crucero quedo por supuesto dañado, podía continuar su recorrido y así se decidió. Para los que gustan de las estadísticas, el Hipper empleo 31 proyectiles de 20.3 cm, 104 proyectiles de 10.5 cm, 136 de 3.7 cm y 132 de 2 cm. Como nota paradójica, un marinero alemán cayó al agua durante la colisión, siendo esa la principal razón por la que el Hipper se detuvo y eventualmente recupero a varios náufragos del Glowworm, pero, al parecer el caído (el Mechanikergefreiter RItter, no pudo ser recuperado. [9]

Otra foto desde el Hipper, observese la proa destrozada, circulados con rojo se ven ambos montajes de tubos lanzatorpedos, girados y vacíos
 
Aunque como ya vimos, el reporte del Glowworm llegó a las instancias correctas, una mezcla de estupor e incredulidad rodeo a las autoridades británicas. Mientras, los buques alemanes continuaban su viaje…

Continuara.

Fuentes de las citas :

[1] Un excelente artículo donde se menciona el papel jugado por el “Room 40” en la gran guerra.

[2] Para adentrarse en el mundo del espionaje naval británico en la IIGM recomiendo el libro “Very Special intelligence”, de Patrick Beesly, quien trabajó precisamente en el esfuerzo de reconstruir el “Room 40” durante la IIGM, esfuerzo que culmino con el establecimiento del OIC, siglas de “Operational Intelligence Center”.

[3] Ver “The German invasión of Norway”, Geirr H. Haarr, Pags. 75 y 76.

[4]“Very Special Intelligence”. Pags. 64 y 65.

[5] “The German invasión of Norway”, Geirr H. Haarr, Pags. 75 y 76.

[6] Para una discusión técnica de los equipos de radar en esos buques ver “Heavy Cruisers of the Admiral Hipper Class”, de Gerhard Koop & Klaus-Peter Schmolke, Ed. Naval Institute Press. Pags. 22-24, datos adicionales del empleo del Dete en este combate en el mismo libro, Pags. 43 y 44 asi como en “The German invasión of Norway”, Geirr H. Haarr, Pag. 93.

[7] “The German invasión of Norway”, Geirr H. Haarr, Pag. 93.

[8] y [9]“The German invasión of Norway”, Geirr H. Haarr, Pag. 94. “Heavy Cruisers of the Admiral Hipper Class”, de Gerhard Koop & Klaus-Peter Schmolke, Pag.

jueves, 21 de agosto de 2014

Destructores alemanes en Narvik II por Miguel Fiz Cobos

¡Hola!

Va la segunda parte del trabajo de Miguel Fiz Cobos sobre los destructores alemanes en Narvik:


2.- Cuando los del metereologico si le aciertan…

Dejamos pues al Glowworm al amanecer del día 8 de abril con la brújula dañada luego de enfrentar las condiciones ambientales en la tarde y noche del día anterior. Al parecer Rope esperaba poder alcanzar al grupo del Renown siguiendo la costa de Noruega. De todas maneras Rope no tenia ni la mas mínima idea de que se podría encontrar con unidades enemigas, el, al igual que el resto de oficiales de la Royal en esas aguas (y que sus mandos en Inglaterra) desconocían que se estaba cocinando precisamente la invasión de Noruega.

Y ahora sí, finalmente vamos a comenzar a hablar de destructores alemanes. Ya que estos formaban una parte muy importante del plan de invasión para llevar tropas a los dos puntos neurálgicos más al norte, a Trondheim (cuatro destructores y el crucero pesado Admiral Hipper) y a la “joya de la corona” Narvik (diez destructores, bajo el mando del comodoro Friedrich Bonte). Los “hermanitos mayores” Scharnhorst y Gneisenau iban a acompañarles para servir como escolta lejana y como parte de un esquema de engaño muy bien elaborado para “jalar” a la Royal Navy lejos de Noruega.

El comodoro Bonte, a la sazón jefe de los destructores de la marina alemana (Führer der Zerstörer)
Sin entrar en demasiados detalles sobre el plan alemán, ya que eso lo haremos más adelante, basta decir que precisamente se había elegido para iniciar la invasión a Noruega un momento en que los pronósticos de clima presagiaban muy mal tiempo. Esto permitiría (como así pasó) que la detección por parte británica fuese mínima. Por supuesto que eso tuvo el efecto no deseado de que los buques en el área tuviesen que vérselas duras para poder navegar.

Los buques británicos si que tuvieron problemas, el hecho de que el Glowworm sufriese daños lo atestigua. Seguramente muchos han visto las fotos de dicho destructor siendo martilleado por el Hipper, pero pocos seguramente han visto esto :

Al parecer se trata precisamente del HMS Glowworm [1] al inicio de las hostilidades, negociando un tipo de oleaje espantoso, pero no ajeno a lo que se puede encontrar en el mar del norte. Ahora bien, si los buques británicos tuvieron problemas ante cosas así, podemos imaginarnos que los alemanes, cuando menos, tendrían que enfrentar situaciones similares, lo cual desde luego que ocurrió, pero a eso hay que añadirle otros factores muy específicos a los navíos germanos.

1.- Los catorce destructores transportaban cada uno unos 200 soldados, pero además llevaban equipo extra además de lo que cada soldado cargaba. En la medida de lo posible las municiones se guardaron bajo cubierta y de ser posible en las santabárbaras, pero el resto de equipo se coloco en las cubiertas, donde se aseguro y amarro lo mejor posible, cosas que iban desde cañones AT ligeros hasta motocicletas. Obviamente eso tenia el factor desventajoso de que afectaba la estabilidad de dichos buques.

2.- Mas importante, y esto es algo que los mismos alemanes reconocían. Los destructores alemanes construidos hasta esa fecha tenían cualidades marineras que dejaban mucho que desear en relación a buques similares de otras naciones con más experiencia en construcción naval.

3.- Muy ligado a lo anterior, la maquinaria de alta presión empleada por la marina alemana en sus buques de línea tenia problemas debido a un exceso de complejidad en los mecanismos, al parecer esos problemas se agravaban en los buques pequeños debido a las limitaciones de espacio y de personal [2].

Para que el amable lector pueda hacerse una idea clara de las condiciones que se vivieron esos días en los buques ligeros alemanes y el tipo de problemas técnicos que afrontaban, me voy a atrever a citar el reporte del Kapitänleutnant (ing) Heye, jefe de ingeniería del destructor Z 13 Erich Koellner, quien narra su experiencia, vamos a obviar algunos comentarios técnicos previos a la salida y centrarnos en como vivió las cosas al partir y durante el viaje [3], ire comentando dicho reporte de cuando en cuando:

"Nuestro destructor era uno de los buques dotados con la sofisticada caldera Benson. Las presiones y temperaturas eran muy demandantes para la nave, y sobre todo del personal del cuarto de maquinas. Durante nuestras pruebas el director de ingeniería del astillero me confesó ‘Soy familiar con la manera en que ese tipo de calderas funcionan, pero no me despierta ninguna confianza el hacerlos andar y enviarlos al mar.

Cada cuarto de calderas Benson tenía más de 30 maquinas auxiliares, todas impulsadas por las turbinas principales, y, debido a la estrechez del compartimiento, el acceso a algunas de ellas solo podía ser logrado arrastrándose. Se requería un inusual grado de habilidad por parte de todo el personal, sobre todo conocimiento técnico que además tendría que prevalecer sobre la falta de experiencia. En enero de 1940 el Z 13 se unió a la flota de primera línea. Las operaciones en el Mar del Norte probaron el gran poder de la maquinaria, pero también expusieron la gran susceptibilidad a la mas mínima irregularidad en cuanto a mantenimiento. Fugas, tuberías abiertas, incendios y otras descomposturas se volverían la constante en cada viaje."

Las turbinas Benson a las que se refiere Heye eran sistemas de alta presión, adoptados por la marina alemana en los años 30’s como una forma de ganar ventajas tecnológicas, dichos sistemas prometían un gran rendimiento en relación a los equipos empleados por marinas de otras potencias, aunque el precio a pagar era altísimo como vemos, Heye explica en su reporte que poco antes de partir para Narvik el y sus hombres estaban desesperados pues no podían encontrar la causa de una constante perdida de agua dulce para las calderas, una perdida tan grande que era imposible substituirla con lo que los condensadores proporcionaban. No fue sino hasta 24 horas antes de la partida que un oficial homologo en otro buque de la misma clase le dijo que ellos habían tenido un problema similar y que seguramente la causa residía en minusculas filtraciones en las juntas de las tuberías (esto a pesar de que dichas juntas estuviesen aparentemente en las especificaciones recomendadas), Heye siguió el consejo y el asunto se pudo remediar…

 
El Z 13 en puerto
 
Continuando con el reporte de Heye :

En la mañana del 6 de abril fuimos autorizados a zarpar. Pasamos a través de las exclusas hacia el muelle en Wesermunde, donde abordaron 200 Gebirgsjäger (tropas de cazadores de montaña). A las 23.00 partimos. Para la velocidad requerida de 27 nudos solo empelamos dos calderas, así que las otras 4 se mantuvieron frías.

El 7 de abril el Fregattenkapitän Schulze-Hinrichs informo a la tripulación de nuestra misión y nuestro destino. Ya por el mediodía se cerraron las nubes y comenzó a llover fuerte, el mar se agitó y las primeras marejadas se presentaron. Aproximadamente a las 17.00 el ayudante del jefe de bombeo cayo fue lanzado al mar por el oleaje y se perdió. A las 18.00 encendimos otras dos calderas, con cuatro ya podíamos alcanzar 32 nudos. Poco después de las 23.00 un tubo de un supercalentador se reventó con un fuerte estruendo. La caldera correspondiente tuvo que apagarse, bajó la presión y tuvimos que arrastrarnos entre la maquinaria para reparar el daño. La caldera estaba lista a las 02.00 del día 8. Mientras tanto encendimos las otras dos calderas, y una vez que las seis estaban marchando, nos mantuvimos a 30 nudos.

Afuera, enormes olas continuamente barrían la cubierta. El agua penetró a la turbina #1 a través de un túnel de ventilación como una cascada. La planta eléctrica #1 también recibió agua, sufriendo cortocircuitos y debiéndose apagar. Eso redujo la potencia eléctrica en un tercio. Los acceso de ventilación de la cubierta superior debieron bloquearse para prevenir mas entrada de agua por cuanto medio hubo disponible, lo cual provocó a su vez un calor intolerable en el compartimiento de turbinas.

De improviso, el panel de conexión de la planta eléctrica #2 sufrió fallas, lo que ocasiono que todos los medios de mando del buque, de comunicación y el timón se trabasen. El Z 13 quedo a la deriva. Todas las ordenes debían enviarse por medio de estafetas desde y hacia la cubierta, lo que en medio del mar picado era una tarea de lo más peligrosa. Luego de una hora la causa se identifico como un cortocircuito en el sistema de puntería giro asistido, una vez que desconectamos dicho equipo la planta #2 pudo ponerse en marcha nuevamente. "

Lo que Heye describe en su reporte era el resultado de un sistema metereologico de baja presión que azoto las aguas del Mar del Norte durante la tarde y noche del día 7 y la madrugada del día 8. Se vivieron condiciones similares a las de un “cuasihuracan” [3]. Se les ordenó a los destructores que abandonasen la formación antisubmarina que habían adoptado la víspera y tratar de situarse en dos filas a babor de los buques más pesados. Por supuesto que las escotillas y portezuelas fueron cerradas y el trafico en cubierta se redujo a lo mínimo indispensable. Seguramente los Jäger, que no estaban para nada acostumbrados a navegar y menos en aguas picadas ,lo han de haber sentido lindo.

Por ejemplo el Z 21 Wilhelm Heidkamp (el buque insignia, con Bonte y el general Eduard Dietl, jefe del reg. 139 de Gebirgsjäger) [4] fue embestido por olas que barrieron con gran parte del equipo que las tropas de montaña habían cuidadosamente asegurado en las cubiertas. Los dos botes de abordo quedaron reducidos a escombros, igualmente el Z 21 sufrió el apagado de una de sus calderas por ingreso de agua de mar. Tanto el Z 21 como el Z 22 Anton Schmitt reportaron también haber sufrido escoras momentáneas de miedo, en ese último destructor se habían asegurado en cubierta motocicletas y equipo, que también se perdió. Similares condiciones fueron enfrentadas por el Z 18 Hans Ludemann, que además perdió 3 hombres que cayeron por la borda.

El general Dietl, según se cuenta, permaneció tranquilo y sin perder la compostura en medio de la tormenta
 
Y la lista de desbarajuste continua, el Z 19 Hermann Kunne sufrió experiencias similares a las del Z 13 con agua entrando a las calderas y violentas escoras. El Z 17 perdió un hombre que fue barrido por las altas olas y daños en la cubierta así como en los botes de a bordo. El Z 9 Wolfgang Zenker también perdió un tripulante en similares condiciones así como casi todo el equipo amarrado en cubierta. El Z 12 Erich Giese sufrió también fuertes escoras por el oleaje, perdiéndose un bote, las cargas de profundidad, cajas de salvavidas y todo el equipo del ejercito asegurado en cubierta, incluyendo motocicletas, el cuarto de maquinas también sufrió entradas de agua y parte del suministro de combustible se contamino.

Los buques grandes también tuvieron lo suyo. El Admiral Hipper sufrió sobrecalentamiento de la maquinaria de timón debido a las continuas maniobras.

Obviamente era imposible mantener formación, cuando la mañana del 8 hizo su aparición, casi todos los destructores estaban separados, en medio de un ambiente de escasa visibilidad, con las tripulaciones (y pasajeros) muy “movidos” y con buena parte de la carga y algunos tripulantes extraviados en el mar cruel.

Continuará...


Fuentes de las citas

[1] http://www.historyofwar.org/Pictures/pictures_HMSGlowworm1.html

[2] Sugiero al lector revisar todo el primer capitulo de la obra de J.M. Whitley “German destroyers of World War Two”, Ed. Naval Institute Press, sobre todo la edición actualizada de 1992 (pags.15 a 26) . Asi mismo es necesario leerse la obra de Gerhard Koop y Klaus-Peter Schmolke “German destroyers of World War II” de la misma editorial, la introducción (pags. 9 a 23) y por supuesto la sección dedicada a la maquinaria (pags. 41-44) para entender la problemática de la alta presión y otros problemas relacionados con el diseño de estos buques.

[3] “German destroyers of World War II” de Koop & Schmolke, pags. 55 a 56.

[4] “German destroyers of World War II” de Koop & Schmolke, pag. 56. “The German invasión of Norway”, Geirr H. Haarr, Seaforth Publishing, edicion tapa dura (2009), Pags. 75 a 78

jueves, 8 de agosto de 2013

Origen nombre destructores alemanes III

¡Hola!

Y tercera parte y final.

Origen nombre destructores alemanes III

Clase 1936

Z-17 Diether von Roeder: En honor del Kapitänleutnant Diether Freiherr Roeder von Diersburg. Muerto en acción cuando comandaba la 13ª Torpedobootflotille el 10 de julio de 1918.

Z-18 Hans Lüdemann: En honor del ingeniero aspirante Hans Heinrich Adolf Lüdemann que sufrió fuertes quemaduras para evitar un accidente en una sala de maquinas el 14 de mayo de 1913.

Z-19 Hermann Künne: En honor del Torpedomatrose Hermann Künne que murió en combate cuerpo a cuerpo el 23 de abril de 1918 cuando lideraba una tropa de asalto en el Marinekorps Flandern.

Z-20 Karl Galster: En honor del Kapitänleutnant Karl Galster muerto en acción cuando comandaba la lancha torpedera S 22 el 25 Marzo 1916.

Z-21 Wilhelm Heidkamp: En honor al Obermaschinist Wilhelm Heidkamp .Este servia a bordo del SMS Seydlitz cuando abrió las válvulas de inundación de la nave para evitar que explotaran las torres. Sobrevivió a las heridas pero después de la guerra murió a causa de ellas.

Z-22 Anton Schmitt: En honor del Bootsmannsmaat Anton Schmitt comandante artillero a bordo del crucero ligero Frauenlob. Durante la batalla de Jutlandia con la nave bajo fuego pesado enemigo se negó a abandonarla y continuó disparando. Murio el 31 de mayo de 1916.

Hasta aquí llegan los destructores con nombre complementario. Después solo recibieron un numeral.

Saludos

Fuentes y enlaces de interés